La previsión de aumento del caudal ecológico del Tajo en el borrador del nuevo plan hidrológico, que implica la pérdida de hasta 80 hectómetros del trasvase a Alicante y Murcia, ha desatado un aluvión de reacciones. Anticipa otro episodio de la guerra del agua, expresado ayer en una nueva apelación del jefe del Consell al diálogo, pero también en la mucho menos conciliadora petición de Asaja de que los regantes y agricultores «echen» al PSOE y a Pedro Sánchez del Gobierno en las próximas elecciones, y en el anuncio de movilizaciones que ya maneja el Partido Popular con los alcaldes en la Vega Baja.