Que el senador Gustavo Madero descartó presentar queja alguna luego de que la morenista Mónica Fernández lo demandó por violencia de género, pues considera que la ex presidenta cameral solo busca descarrilarle la candidatura a la gubernatura de Chihuahua en medio de los tiempos electorales con una acusación relativa a la toma de protesta de Rosario Piedra Ibarra como titular de la CNDH, hace un año, cuando hubo jaloneos en tribuna y la hoy secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, aplicó un suplex al panista.
Que Gerardo Fernández Noroña acusó al INE de tener unos sueldazos y no respetar la austeridad que marca la Constitución, se negó a ponerse el cubrebocas y abandonó las instalaciones en una lujosa camioneta XC90, que de acuerdo con la página de Volvo tiene un costo mínimo de un millón 105 mil 900 pesos. Por cierto, el Consejo General del instituto aprobó instruir a la Cámara de Diputados para que el legislador ofrezca una disculpa pública a Adriana Dávila y tome un curso de perspectiva de género y masculinidades, pero rechazó incluirlo en el padrón de violentadores impedidos a participar en las elecciones de 2021, porque la ley no lo permite.
Que hablando de grilla, el Instituto Electoral de Michoacán trabaja sobre 25 denuncias por diversas razones contra diferentes actores políticos pero le puso el ojo a Raúl Morón, presidente municipal de Morelia, a quien han acusado de actos anticipados de campaña, promoción indebida de la imagen y uso ilegal de programas sociales, en momentos en que el profesor normalista se perfila como aspirante a la disputada candidatura de Morena a la gubernatura del estado.