Intenta Naomi Osaka ser la que fue, campeona de cuatro Grand Slams (US Open 2018 y 2020, y Abierto de Australia 2019 y 2021), número 1 del mundo durante 25 semanas, y firme estandarte del tenis potente y con clase que impera en el circuito femenino. Pero el camino está siendo complicado. La japonesa tuvo que retirarse ayer de la final del torneo de Auckland por una lesión abdominal. Y no tendría mayor repercusión si no fuera porque era la primera vez que luchaba por un trofeo desde hace ya tres años. De la alegría de ganar el primer set, a las lágrimas de sentir los espasmos que la dejaban sin la meta por la que ha luchado tanto en...
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