El partido del Barcelona en Dortmund de esta noche no será uno más en muchos sentidos. Para el equipo es una gran prueba después de las dudas mostradas en LaLiga y la oportunidad de dar un paso hacia delante importante en busca de la clasificación directa para los octavos de la Champions (lo consiguen los ocho primeros de la clasificación) y de recuperar las sensaciones del principio del curso. Los dos conjuntos están empatados a puntos ahora, ambos en los puestos de privilegio. «El míster nos ha dicho que tenemos que volver a lo que nos hizo imparables», desveló Iñaki Peña. El resultado a veces es mentiroso. Es verdad que el Barça ha tenido grandes actuaciones, combinadas con otras que ha resuelto (incluso con goleadas) siendo duelos equilibrados, y también ha perdido partidos que tenía ganados pese a jugar mal. Pero los tres tropiezos en cuatro jornadas llaman la atención.
Para el míster, Flick, será su primer encuentro en Alemania como visitante, después de haber dirigido al Bayern Múnich y a la selección nacional. Para Lewandowski, será la vuelta a «casa», otra vez en su caso, porque sí se ha enfrentado al Borussia, y además dejando su sello: es, curiosamente, el equipo al que más goles ha marcado, 27, y el que más veces ha tenido enfrente (26, junto con el Wolfsburgo), aunque todos los encuentros fueron en las competiciones alemanas: la Bundesliga, la Copa y la Supercopa. No ha tenido piedad de su «ex» y el Barcelona necesita que así siga siendo esta noche, la primera en la que el polaco actúa en la Champions ya como centenario goleador.
Con el equipo «amarillo», donde llegó procedente del Lech Poznan en 2010, empezó todo en la máxima competición continental, el 19 de octubre de 2011: en un choque contra el Olympiacos, un remate desde fuera del área, aunque de oportunista, marcó el primero de los 101 goles que lleva en la máxima competición continental con sus tres equipos. Solo Cristiano Ronaldo (140) y Messi (129) habían llegado a la centena en este torneo. Lewandowski sumó 17 dianas con el Dortmund en 28 partidos, 69 con el Bayern Múnich en 78 participaciones (su fichaje por el eterno rival, además gratis, le ha hecho ser un jugador poco querido en el Iduna Park), y 15 con el Barcelona en sus tres temporadas en el Camp Nou, en 19 duelos. Como curiosidades, su tramo preferido es el último de los partidos, de minuto 76 al 90 (21 goles) y en las segundas parte ha sumado 55 contra 46 en las primeras. Ese gol con el que se estrenó hace ya 13 años con el Dortmund es uno de los cuatro, solamente, que ha conseguido desde fuera del área; 28 los ha logrado en el área pequeña y 69 dentro del área de penalti. La distribución de sus aciertos según la zona con la que remató es 65 con la derecha, 20 de cabeza y 16 con la zurda. Únicamente uno ha sido de falta y 17, de penalti.
En la presente edición, es el máximo goleador con 7 tantos, para los que únicamente ha necesitado 15 remates (es undécimo en esta clasificación, por detrás de jugadores como Haaland [27 intentos, 5 aciertos], Mbappé [23, 1 gol], Kane o su compañero en el Barça Raphinha [ambos con 21, para cinco dianas]). «El equipo y Robert se necesitan mutuamente, ningún jugador puede jugar solo y ganar», aseguró Flick, que no quiere hablar del futuro del polaco (si cumplirá o no el año de contrato que le queda), pero sí centrarse en el presente: «Él está fenomenal, con su cuerpo se siente bien [tiene 36 años], es un gran profesional y nosotros tenemos que hacer que siga entrenando y le cuidamos. Está a un gran nivel, ayuda mucho al equipo y pueda demostrar su calidad en cada partido, también tiene la fortuna de estar rodeado de un gran equipo», aseguró Flick
El partido contra el Dortmund es importante, pero tampoco determinante: «A veces, hay momentos de bajón. Pero al final, todo depende de cómo termine la temporada. Hemos demostrado nuestro valor en partidos como el del Madrid o el Bayern. Estamos convencidos de que lo sacaremos adelante. Seguiremos mejorando. Tenemos claro que hay situaciones en las que cometemos errores y hay que esforzarse. El equipo es muy joven, pero tiene voluntad y una gran calidad», añadió el entrenador, que desde que llegó sí ha hablado de la edad de la plantilla, pero ha alabado su talento sin hablar de la situación económica, una reflexión que le terminó costando el puesto a Xavi la pasada temporada.
