El Atlético liquidó con autoridad al Sparta de Praga con seis goles y un dominio abrumador de la pelota y del partido. No había espacio esta vez para la prudencia excesiva. El Sparta no era un rival al que temer y tampoco le importaba dejarse dominar a la espera de cazar su oportunidad en un contraataque.
Simeone se olvidó de los tres centrales y de echar el equipo atrás. Las bandas en defensa se las dejaba a Llorente y a Javi Galán, consciente de que iban a tener más oportunidades de exhibirse en el área contraria que en la suya. Y arriba se olvidaba de Griezmann, que no ha vivido su mejor año en 2024, y daba una oportunidad a Sorloth.
Todas esas decisiones tuvieron premio en el final de la primera mitad cuando Llorente puso un centro que al área que Sorloth sólo tuvo que amenazar con atacar para despistar al portero del Sparta. No la tocó el noruego, pero puso de su parte para que Vindahl no supiera qué tenía que hacer.
Antes de eso había marcado Julián Álvarez en un impecable lanzamiento de falta que superó la barrera por arriba. Se llevaba un cuarto de hora y el gol era la confirmación del dominio absoluto del Atlético, que acaparaba de manera casi avariciosa la pelota.
Era la puesta en escena de un nuevo Atlético, aunque no necesariamente tiene que ser el Atlético del futuro más cercano, acostumbrado como está Simeone a cambiar hombres y sistemas dentro del partido.
Todo puede convivir en la cabeza del Cholo, que mandaba a defender a su equipo con seis cuando atacaba el Sparta. Entonces Giuliano y Carragher ocupaban las bandas y empujaban hacia el interior a Llorente y a Galán.
También conviven los nuevos y los viejos. Los símbolos del equipo estaban en el banquillo en el comienzo del encuentro. A Simeone le acompañaban en el banquillo Koke y Griezmann. Barrios va tonando el mando del equipo que antes correspondía al capitán. El canterano ha desplazado a Gallagher a una banda. No hay otro jugador en el equipo capaz de dirigir el juego como él. En Praga dio una exhibición hasta que dejó su sitio al capitán con el partido ya muy decidido.
Griezmann entró antes en lugar de Sorloth y la muestra de que todos conviven es que la primera pelota que tocó acabó siendo gol de Julián Álvarez, el tercero del Atlético, en el que también participó Giuliano con el último pase a Julián.
El francés se guardaba el cuarto, con la derecha después de un pase de Llorente. Antoine dio más posibilidades al juego de su equipo. No se conformaba con ser el acompañante de Julián Álvarez arriba sino que iba a buscar la pelota al centro del campo para iniciar las jugadas. El quinto se lo pidió Correa y también marcó el sexto. Aprovechó bien los pocos minutos que estuvo en el campo y el Atlético disfrutó de la felicidad de ser otro por un día.
