Taylor Fritz comienza su segunda participación de la Copa de Maestros con una victoria importante. Reivindica la superioridad de este tenis potente, rápido y con saque supersónico y suma el primer punto en su casillero. En apenas 79 minutos, doblega a un apagado Dannil Medvedev por 6-4 y 6-3. En una superficie tan rápida como la del Inalpi Arena, el saque se convierte en la baza definitiva si sale bien. Y en la que te hunde si sale mal. Y así, el estadounidense logró maniobrar a su favor a un rival empequeñecido en este curso, sin títulos ni grandes rondas que destacar. Fritz sumó nueve saques directos y no cometió ninguna doble falta; Medvedev logró seis 'aces', pero también cometió seis dobles. Tres de ellas, consecutivas, para regalar el break y el primer set. No hay tiempo de reacción para paliar la velocidad de pelota en esta pista. Y más que robó Fritz en un partido que lideró en todos los frentes. Desganado Medvedev, enrabietado y protagonista de otro momento de locura en el pabellón turinés (lanzó la raqueta hacia el banquillo, intentó restar con la empuñadura) nunca estuvo cómodo ni encontró ese tino que lo suele poner en problemas a sus rivales gracias a su tenis ilegible. No lo fue esta vez. O fue Fritz, por el contrario, un gran lector. Muy seguro desde el fondo y sin despistarse con las locuras del rival. Un break en el cuarto juego del segundo set fue la sentencia. No le quedaban más ganas de jugar al ruso; quería seguir en la línea el estadounidense. Que ha venido a hacer un gran papel, ya convertido en el rival más fuerte del grupo que lidera Sinner. Ya había demostrado su buen nivel en los entrenamientos, un set ganado a Carlos Alcaraz por 6-3 en la previa, y también durante el resto del curso, el estadounidense más aventajado de la clase. Es el cuarto jugador que más victorias ha acumulado en el curso (49), por detrás de Zverev (66-20), Sinner (65-6) y Alcaraz (52-11) y ha levantado los títulos de Delray Beach y Eastbourne. Y sigue una progresión firme sobre todo en pista rápida, superficie en la que, por ejemplo, venció a Nadal en dos ocasiones de las cuatro citas que tuvieron entre ambos: final de Indian Wells 2022 (6-3 y 7-6 (5) y Copa de Maestros 2022 (7-6 (3) y 6-1), edición en la que debutaba y en la que llegó hasta la semifinal, que perdió contra Djokovic. Fritz podría haberse dedicado a lo que quisiera, pues su familia tenía activos suficientes para plantearse cualquier otra vida que no significara viajar cada semana ni salir a entrenarse cada día. De hecho, es una vida que también tuvieron sus padres, Guy y Kathy, pues ambos jugaron al tenis de forma profesional. Su madre, hija de empresarios, creció en Beverly Hills y se decantó por la raqueta hasta que decidió que esa vida era muy solitaria y renunció a todo a los 24 años. La huella estaba, pues llegó a ser top ten. Su padre también dejó la raqueta, pero a medias, pues pasó a ser entrenador. Y entrenador de su hijo. Hubo pasión pero también unas maneras estrictas, con gimnasio en casa, dieta milimetrada y conversaciones que no siempre ayudaron a Taylor. «Era muy crítico con mi estilo de juego. Quizá hubiera necesitado a alguien que no me dijera continuamente los errores, sino también los aciertos», llegó a decir el jugador. No obstante, la relación con su padre lo llegó a ser campeón del US Open júnior en 2015. Ya de mayor, Fritz alcanzó la final del Grand Slam estadounidense el pasado septiembre, perdiendo la final con Sinner. Y continúa su buen año con un debut a la altura de sus perspectivas, que pasan por aprovechar la potencia de su tenis en superficie dura y sorprender en esta Copa de Maestros en la que todo el mundo habla de Alcaraz y Sinner.