En los alrededores del estadio Balaídos, en Vigo, se vivió un episodio lamentable antes de un partido entre el Celta de Vigo y el Real Madrid que ganó el conjunto de Ancelotti por 1-2. Un grupo de aficionados merengues, conocidos por seguir al equipo en varios de sus viajes sin generar altercados, fue agredido por un grupo de ultras del equipo local. Lo que comenzó como una tarde de fútbol para estos seguidores del Real Madrid, terminó en un violento ataque que dejó heridas tanto físicas como emocionales en varios de ellos.
Los hechos se desarrollaron en los alrededores del estadio, donde los aficionados del Real Madrid, llevando banderas de España con el escudo del club, se dirigían a disfrutar del encuentro. Sin embargo, lo que no esperaban era que un grupo de ultras del Celta, al ver las banderas, iniciaría una agresión verbal que rápidamente escaló a la violencia física. Entre insultos como "¡puta España!" y "¡puta Real Madrid!", los atacantes rodearon a los aficionados y comenzaron a arrebatarles las banderas por la fuerza. En el caos, uno de los seguidores fue pateado, mientras otros intentaban protegerse ante una embestida que parecía estar motivada tanto por cuestiones futbolísticas como políticas.
Una de las mujeres agredidas relató más tarde los momentos de terror que vivieron. Su amiga, en un intento por defender a un hombre que estaba siendo brutalmente golpeado en el suelo, fue ella misma golpeada violentamente. Este tipo de agresiones, además de suponer una violación de la integridad física, dejan una marca psicológica en las víctimas, quienes simplemente querían disfrutar de una jornada deportiva y terminaron en una pesadilla. La violencia que experimentaron es una muestra preocupante de cómo ciertos sectores del fútbol, en especial los vinculados a grupos ultras, siguen propagando odio y divisionismo.
Tras el ataque, los aficionados decidieron actuar con responsabilidad y denunciaron inmediatamente los hechos a la Policía Nacional. Además, varios de ellos tuvieron que acudir al hospital para recibir tratamiento por las lesiones sufridas. La intervención médica fue fundamental para tratar contusiones y heridas, pero el daño moral y psicológico será más difícil de sanar. El miedo y la sensación de vulnerabilidad que estos seguidores del Real Madrid sintieron, al ser atacados por llevar una bandera que representaba su amor por el club y por su país, es un reflejo de la creciente tensión en ciertos sectores del fútbol, donde la pasión se convierte en un pretexto para la violencia.