Desde que Xavi Hernández se ha retirado le están lloviendo mas críticas casi que cuando era jugador. Al menos, algunos de sus jugadores parece que le pasen factura por los pocos minutos que tuvieron con el catalán en el banquillo. Hace poco fue Pedri el que criticó la preparación física del cuerpo técnico del egarense asegurando que ahora con Flick entrenaban mucho mejor y también Laporta se sumó a los mensajitos dejando caer que tenemos un entrenador que «no pone excusas». El último en criticar abiertamente a Xavi ha sido Sergiño Dest , el lateral fichado por Ronald Koeman pero que se vio fuera del equipo con la llegada del egarense. Xavi no confió en Dest y el estadounidense, con contrato hasta el 30 de junio de 2025 tuvo que irse cedido. Al final pudo rescindir el contrato y firmar por el PSV, donde está recuperándose de una lesión y ha concedido una entrevista a Sport en la que no deja en muy buen lugar a Xavi, al que culpa de su salida y de no haber triunfado en el club azulgrana. «No corrían buenos tiempos para el club. La entidad estaba en una especie de depresión , había muchos problemas extradeportivos y era un poco un caos . Los resultados se resintieron porque tampoco se podían hacer fichajes importantes. Y luego todo va encadenado. Empezó el 'este jugador tiene que irse', 'el otro es muy malo'… todo eso pesa», empezó explicando el estadounidense. Ahí fue donde Dest señaló a Xavi como una de las causas de su pobre bagaje en el Barça: «Creo que no fue honesto conmigo . Tuvimos varias conversaciones en las que me dijo una cosa pero después dudé de si realmente aquello era verdad. En verano, antes de ir de vacaciones, me dijo: 'cuento contigo, no leas la prensa'. Y nada más volver, me dijo: 'tienes que irte'». Dest asegura que hizo todo lo posible por adaptarse al equipo y que no se arrepiente de haber firmado por el Barcelona: «No diría arrepentirme, porque al final era algo que no dependía de mí, pero no siento que tuviera las oportunidades necesarias con Xavi . Sentía que tenía que jugar con límites, que no era yo mismo. Quería incorporarme al ataque, pues esa es mi mayor virtud, pero él me pedía que no subiera».