36 partidos después de aquella derrota ante el Atlético del 18 de enero, en octavos de Copa en el Metropolitano, el Madrid volvió a hincar la rodilla. Cayo donde pocos pensaban que lo hicieran, pero este Madrid post Kroos es tan montaña rusa que la derrota en Lille no debería ser una sorpresa: «La crítica por el partido de esta noche es justa y tenemos que aceptarla. No hemos mostrado una buena versión. El equipo rival ha jugado mejor que nosotros y ha merecido ganar». Carletto estaba serio en la sala de prensa. Sabe que los dos primeros meses de temporada no están siendo buenos. Y no es solo una cuestión de resultados. El equipo no juega bien al fútbol. Y, a veces, parece que no tiene ni ganas: «Nos ha faltado intensidad en los duelos y en el juego. Nos ha costado recuperar el balón, hacer transiciones y ser agresivos. La posesión de balón ha sido lenta, no hemos tenido ideas. Podíamos haber empatado al final, pero no habría sido merecido. Ahora hay que tener la mente fría y no tirar todo a la basura». Ancelotti no cree que esta derrota y esta imagen sea algo relacionado con su mensaje al vestuario. O más bien, con su modo de transmitirlo. Si fuera así, entiende que la solución sería muy sencilla. La raíz es más profunda: «La tristeza llega por la sensación del equipo. Los partidos se pueden perder, pero perder con esta sensación es lo que me preocupa más. Hay una dinámica que mejorar y creo que estaba siendo así, pero este partido es una vuelta atrás. Esperemos que igual que el derbi del pasado año (se refiere a la derrota 3-1 en Liga en el Metropolitano ) fue un golpe de atención, este partido también lo sea».