Diego Botín y Florian Trittel deberán esperar para pelear por una medalla olímpica en París 2024 . El viento inestable que hacía en Marsella obligó a suspender, por dos veces, la 'medal race' de la clase 49er. Parecía que todo iba como tenía que ir en aguas de Marsella. Otro día radiante de sol y los barcos en el agua a la hora prevista. Las 14.43. Sin embargo, nada más salir, se veía que el viento era bastante flojo. Aún así, a los aficionados españoles no les importaba lo más mínimo. Porque el barco con la ESP en la vela ponía agua de por medio con los demás . Por el primer giro, Botín y Trittel pasaban primeros con holgura. Con semejante panorama, no había que preocuparse de que los neozelendeses McHardie y McKenzie, terceros en la general, pasasen cuartos o que los irlandeses Dickson y Waddilove, segundos en la tabla, transitasen octavos. Daba igual. Con ser terceros al final de la regata no había que preocuparse por nadie. El oro olímpico estaría amarrado para Diego y Florian. Pero nada más girar, ya se apreciaba que el viento no se comportaba igual . Diego y Florian se fueron a la derecha del campo de regatas y su 'forty' perdía velocidad a pasos agigantados. Se les acercaba por el otro lado del campo hasta rebasarles el 49er croata de los hermanos Sime y Mihovil Fantela. En una zodiac, un juez avisaba de que iba a haber un cambio de recorrido hasta que... Otra zodiac, con otro juez ondeando una bandera, indicaba la suspensión de la regata. Tocaba ese 'deporte' que forma parte la vela: esperar . Eso que al común de los aficionados y al que le da por seguir esto cada cuatro años, le cuesta entender. Pero la vela es un deporte que depende del viento. Y que bien por escaso, o bien por excesivo, obliga a aplazar o suspender regatas. Así las cosas, los regatistas se dispusieron a pasar el rato en las zodiacs de sus equipos, hidratándose, comiendo y resguardándose en lo que podían del solazo que pegaba en Marsella. El 'tracker', esa herramienta informática que permite seguir las regatas, avisaba de que pasadas las 16.40 horas, la cosa se iba a reiniciar. Y así fue. Los jueces se llevaron el campo de regatas más hacia afuera, con la esperanza de que el viento se entablase y fuese algo más estable. Parecía que esta vez era la buena. Y las noticias ya no eran tan positivas para Diego y Florian. Con los neozelandeses Lambriex y Van de Werken en la primera plaza, por la primera boya pasaron como líderes. Y lo peor es que los neozelandeses giraron terceros. Con el sexto puesto de Diego y Florian, los españoles perdían el oro. Y de nuevo llegó el caos. Nada más girar por esa boya, los barcos se clavaban . Como si hubiesen echado un ancla invisible al fondo del mar marsellés. Se formó un batiburrillo de 'fortys' alrededor de la boya. De nuevo el juez con la bandera. De nuevo la regata suspendida. Y tras varios minutos de incertidumbre se aplazó definitivamente. En principio, para mañana viernes... Si el viento lo permite. Una medalla de oro para un cántabro y un catalán está en juego.