Carlos Alcaraz empieza a encontrarle el truco a la hierba y encuentra cómo divertirse en ella. Toda la contención y los nervios del estreno, se desatan en la segunda ronda ante Aleksandar Vukic, 28 años y 69 del mundo, se superan algunos despistes en el primer set y logra una victoria cómoda y superior en la que ya aparecen brillos y diabluras. Que también hay que soltarse. Ya en tercera ronda, que lo empareja con Frances Tiafoe. Mucho más fluido que en la presentación, Alcaraz se permite sonreír porque sale todo bien. Estupendo con la derecha y sin opciones para el australiano. Hay hasta opciones de sacar la varita mágica en un punto que retrata bien quién es. Una bola fácil a la que llega sobrado, pero que la cinta lo reta a tener que darse la vuelta para que no le supere. Contesta como puede, raqueta por detrás del cuerpo y a la línea, y la respuesta de Vukic es un globo con el que el español sentencia. Hay aplausos, gente de pie y sonrisas de los dos tenistas. De esa fluidez, un 5-2 en muy poco tiempo, pero esto es hierba y la superficie es tramposa. Y va enredando al español en un error detrás de otro. Inexplicables porque no está jugando mal, pero no hay continuidad, y sí un Vukic que se encuentra con varios regalos que aprovecha para encadenar cuatro juegos consecutivos. Del 2-5 al 6-5 y saque. Toca sacar el mono de trabajo, afianzarse con la derecha desde el fondo y volar a la red donde se siente seguro el murciano. Regala al personal una de esas voleas cruzadas que deja retorcido al australiano y grita un par de veces porque logra la rotura para entrar en el tie break. Ahí, el territorio es cómodo porque ya hay mucho bagaje en estas circunstancias y no tanto en el raquetero del rival, que se esconde el revés pero deja la pista entera para que Alcaraz lo sentencie al otro lado. Aquí no se perdonan los errores, no se puede leer tan bien cómo y cuándo botará la pelota y es más difícil recuperar el espacio perdido. Pero en esa tesitura, el español es número 3 del mundo, y son tres Grand Slams en su palmarés, y es el último campeón en Wimbledon, aunque juegue esta vez en la pista 1, que no la domina como los grandes especialistas, pero ya se le da bastante bien. Y Vukic empieza a notarlo, por eso se afana en mantener alto el porcentaje de primeros servicios, el único golpe en el que puede confiar porque si pasa la pelota un par de veces por encima de la red, Alcaraz ya ha encontrado de nuevo el rumbo y su juego seguro y definitivo. Y hasta la sonrisa cuando, ante una dejada que falla, se desafía a sí mismo y repite el golpe para esta vez sí, conseguir el punto de set. Es verdad que se recrea demasiado con el resto-red, pero esto es lo que significa el número 1 más joven de la historia, encontrar la seguridad y el aplomo suficiente para encarar los momentos difíciles y sacarles luz con un saque directo para el 7-6 (5). Alcaraz, que aprende cada minuto, ya no se deja sorprender más. Ni cuando el marcador se repite porque apaga la efusividad del australiano en el segundo set y es un 5-2 que, esta vez, no deja escapar. Todo lo que tardó en el primer capítulo del partido, lo solventa en media hora en el segundo. Ya se ha enredado demasiado y tampoco es cuestión de pasar más tiempo del debido por mucho que a Alcaraz le encante esta pista. Que queda mucho. Si en la primera ronda faltó el porcentaje de primer servicio, de este segundo duelo se lleva en el cuaderno de trabajo apurar aún más con esas dejadas que tan famosas ha hecho. El australiano le lee casi todas y trata de entrar por ahí a un partido que se le pone muy cuesta arriba con un 6-2 en 28 minutos. No hay ni un despiste y vuelve a estar fluido en un tercer set sin oposición. Agotado el australiano por esos cambios de ritmo y alturas con los que machaca Alcaraz hasta que lo minimiza. A ese recurso que le funciona muy bien, une otro con el que se lo pasa bien y se lo pasa en grande la grada: ese resto-red con el que rompe de nuevo el servicio de Vukic y que ya no pierde. Al contrario, sentencia a lo campeón: tres saques directos para poner la directa a tercera ronda, el viernes, ante Frances Tiafoe. «He tenido algún problema en el primer set, con dos golpes que dieron en la red, pero hice un buen tie break y después me he sentido superior. He jugado dos veces contra Tiafoe, es un jugador top, más peligroso en hierba, con golpes muy buenos, muy buenos cortados y saque. Será un gran desafío, pero estoy preparado para este reto y tengo el nivel suficiente para ir a por él», comentó a pie de pista el murciano, feliz, con un grado más de juego y cabeza y un peldaño más cerca de esa corona que quiere conquistar de nuevo.