Es un año de celebración en el Elche , su centenario como club de fútbol, pero no hay lugar para festejos porque la situación deportiva del equipo no invita a ello. El Elche languidece como colista de Primera con solo cuatro puntos fruto de cuatro rácanos empates. A estas alturas, después de 16 jornadas disputadas, aún no ha logrado la victoria. Sus números asustan para mal. Doce derrotas, apenas diez goles a favor y 34 en contra. Aún ha terminado la primera vuelta y la salvación está ya a once puntos de distancia. Entre sus aficionados cunde el desánimo y el abatimiento. Nadie se explica el bajón de un equipo que en las dos temporadas anteriores, tras su regreso a la máxima categoría del fútbol español, supo competir con garantías. Hoy se asume que el club vuelve a tener medio pie en Segunda y se buscan responsabilidades. La Federación de Peñas, el órgano que aglutina a la mayoría de aficionados franjiverdes, reaccionaba esta semana a la última derrota ante el Celta con un comunicado en el que expresaba su preocupación «ante la nefasta situación deportiva, provocada por una muy mala planificación deportiva y por el poco compromiso e implicación por parte del equipo». Christian Bragarnik , el propietario argentino del club, es el primer señalado, pero no el único. En verano salieron jugadores importantes, como Johan Mojica o Guido Carrillo, pero la base del equipo sigue siendo la del año anterior. La defensa es la más goleada del campeonato y la delantera tampoco da la talla, con una media de 0,6 goles por partido. O lo que es lo mismo, un tanto cada 144 minutos. «El club está sondeando el sentir de aquellos jugadores a los que no les sigue emocionando el proyecto», anticipaba estos días Joaquín Buitrago, presidente del club, sobre la más que posible salida de varios futbolistas en el mercado invernal. A la vez, empiezan a sucederse algunas llegadas: José Ángel Carmona y los argentinos Lisandro Magallán y Lautaro Blanco. El Elche se acerca peligrosamente al peor arranque de la historia en la Liga española. Semejante 'hazaña' la logró el Sporting en la temporada 97-98, donde permaneció 23 jornadas sin ganar. Venció al Racing por 2-1 en la jornada 24 para poner fin a la peor racha jamás vista en una misma temporada (el Levante estuvo 28 partidos sin ganar entre 2021 y 2022, pero divididos en dos campañas). A estas alturas, el Elche suma más entrenadores que puntos. Pablo Machín , que debutó tras el Mundial de Qatar, es el quinto inquilino que se sienta en el banquillo local del Martínez Valero . Antes que él estuvieron Francisco (primeras siete jornadas), Alberto Gallego (jornada 8), Jorge Almirón (jornadas 9 a la 13) y Sergio Mantecón (jornada 14). El conjunto ilicitano no es el único en Europa en vivir una situación tan comprometida. En Italia, el Cremonese es colista de la Serie A tras acumular 18 jornadas sin ganar, aunque en su caso suma siete empates. Tres empates en 21 jornadas suma el Airbus UK de la modesta liga galesa. El peor balance lo tiene el FK Jonava, último de la liga lituana finalizada en noviembre, con solo tres empates en 36 partidos. De esa lista escapó el pasado sábado el Paços de Ferreira, equipo portugués que por fin pudo sumar su primera victoria en 16 jornadas tras derrotar a domicilio al Río Ave (0-1).