Carlos Alcaraz ya ha hecho de su cumpleaños en Madrid una tradición. Sopló las 18 velas el año pasado, en su primera incursión en la Caja Mágica, y hoy sopla 19. El cambio es que en 2021 perdió, ante Rafael Nadal, y en este se regala una victoria ante Cameron Norrie para, curiosamente, citarse con el balear un año y una revolución física y mental después.
Le costó al murciano, como en su primer encuentro, despegarse la tensión. Es bueno, muy bueno, pero también tiene 19 años y tiene todavía muchas experiencias que vivir, que asumir y que grabarse en la mano y en la cabeza.
La Caja Mágica celebró cada punto y hasta lo empujó en los momentos de tensión. Que no hubo muchos en el primer set, consistente con su derecha, puños al aire para ganarse el aliento. Pero se enredó el partido en el segundo set. Imposible sortear a un buen Norrie que impuso su experiencia en el tie break.
Pero caer en el desempate, después de un buen primer set, espoleó y hasta enfadó a Alcaraz, ceños fruncidos, gestos hacia el palco que intentaba solucionar Juan Carlos Ferrero con una mirada. Confiar.
Y la confianza en su tenis, en su crecimiento espectacular en este año, hizo que le robara el primer turno de saque al inglés y, a partir de ahí, el ciclón Alcaraz que ha revolucionado el mundo del tenis en estos últimos meses.
Del 114 hace 365 días, a ser 9 del mundo hoy, de cero títulos a un ATP 250 en Umag, en 2021, dos ATP 500, Río de Janeiro y Conde de Godó, y el Masters 1.000 de Miami. Este es el nuevo Alcaraz que se cita con Nadal, todavía en reconstrucción después de más de cinco semanas de parón por el problema en la costilla.
