La Copa Davis, los tenistas no se cansan de repetirlo, es otra cosa. Nada que ver con los torneos individuales. Ni siquiera, y eso que el tenis es un deporte lleno de sorpresas, se basa en la lógica del ranking o la calidad de cada jugador. Está Rusia en la final, poderoso equipo que cuenta con el número 2, Daniil Medvedev, y el número 5, Andrey Rublev, como avanzadilla y que ayer doblegaron a los alemanes Jan-Lennard Struff y Dominik Koepfer, es verdad, pero se enfrentan hoy a Croacia (16.00 horas, Vamos), que eliminó al equipo que tiene al número 1 en sus filas (la Serbia de Novak Djokovic) y que ha convertido a su jugador menos conocido en la estrella de la semana: Borna Gojo.
El croata, 23 años, 1'96 de estatura, es el número 279 del mundo. En su palmarés no aparecen ningún título ATP, tampoco ninguna final, de hecho, todavía se foguea entre los torneos 'challenger' porque no le da el ranking para entrar en los cuadros finales de los torneos ATP profesionales. En su carrera ha acumulado 6 partidos del circuito ATP, con cinco derrotas. Sin embargo, se ha hecho un nombre esta semana en esta Copa Davis, tres victorias en sus tres partidos (no jugó la eliminatoria contra Hungría), y de categoría: ante el canadiense Alexei Popyrin (61 del ranking), Lorenzo Sonego (27) y Dusan Lajovic (33). Croacia juega hoy su tercera final de la historia impulsado por el espíritu de Davis del que se ha empapado Gojo.
También gracias a su juego pausado, como de otra época ante tanta potencia, casi antagónico a su corpulencia, porque no es solo alto. Fuerte de hombros y contundente de espalda, es capaz de sacar potente -impactó un saque a 230 ante Lajovic, no entró-, pero después cumple el protocolo de libro de estilo del tenis de vieja escuela: antes colocación que potencia, efectos liftados y cortados para variar, suavidad de mano, efectividad controlada. También en contraste con su corpulencia, sus maneras. Ganó a Lajovic el viernes y se llevó la mano a la boca, como si no se lo creyera. «No tengo muchas oportunidades de jugar contra estos jugadores durante el año. Y por ranking, no parece que tenga muchas opciones de ganar, aunque tienes que creerte que puedes. Pero sí, también estoy un poco sorprendido de haber ganado estos partidos».
Ya disputó la Copa Davis en 2019 después de un año muy prometedor. Se enfrentó incluso a Rafael Nadal, y aunque perdió por 6-4 y 6-3, en sus redes sociales recuerda ese momento de poder enfrentarse a los mejores. Él se lo ha creído y se lo ha hecho creer a todo un país, encantado el equipo y la parroquia alborotadora que acompaña estos días en el Madrid Arena con Gojo. Un tenista surgido del circuito universitario. A los 18 años dejó su Split natal y se instaló en Estados Unidos para estudiar Económicas en la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte) y aprendió a lidiar con la presión que supone jugarse la beca para el año siguiente en un ambiente muy competitivo. «No es comparable, claro, pero tienes partidos con mucha presión y muy duros en los que el rival te insulta a la cara o estudiantes borrachos en la grada que dicen cosas malísimas sobre ti, así que te acostumbras a cosas peores que esta. Además, yo soy de Split, y estamos... locos. Hasta me esperaba más», bromeó tras ganar al italiano Lorenzo Sonego en la fase de grupos disputada en Turín, con todo el público en su contra.
Hoy quizá tenga a la grada a favor, pues Croacia se juega el título contra Rusia, que tiene a Daniil Medvedev como estrella y que se llevó una sonora pitada ayer tras ganar a Alemania. Croacia tiene dos Ensaladeras, conquistadas en 2005 y en 2018, en la última edición del torneo antes del nuevo formato, y fueron finalistas en 2016. Hoy, Borna Gojo espera completar la faena para levantar un tercer título para su país desde el puesto 279.