Aún no está muy claro si para bien o para mal, pero el velocísimo y novísimo circuito de Arabia Saudí ha causado un profundo impacto en su estreno en la
Fórmula 1
. Su vertiginoso trazado, en el que hacen falta grandes dosis de arrojo para apurar el pedal del acelerador, exige atención máxima a los pilotos. No solo para tratar de no tocarse con los muros, sino también para anticiparse a algún posible percance de los rivales. La sensación general es que el problema no son los 250 kilómetros por hora de media, sino la imposibilidad de ver más allá de diez metros en las numerosas curvas ciegas de alta velocidad que conforman el alargado perfil del circuito.
No parece, en todo caso, el circuito más cómodo y apacible para decidir un título mundial. Durante la clasificación se vio a los protagonistas más perdidos que de costumbre, apelotonados cuando uno de ellos se tomaba su tiempo en la pista para calentar los neumáticos y no encontraba espacio para salirse de la trazada, e incapaces en demasiadas ocasiones de cubrir una vuelta completamente limpia. Jeddah es un sobresalto continuo para ellos, pues no terminan de encontrarse protegidos entre sus estrechas paredes.
Dos décimas a la basura
Para
Verstappen
y Hamilton, metidos de lleno en la pelea por el título mundial, esas sensaciones se agigantaron. En la antesala de la gran pelea de hoy salió victorioso el inglés, que atrapó una pole fundamental y además consiguió meter a Bottas por delante del holandés en la parrilla. «Es el mejor compañero que ha existido nunca en este deporte»», concedió el heptacampeón casi despidiendo al finlandés. El año próximo no podrá esperar la misma docilidad de George Rusell.
Al británico no se le puede quitar mérito, pues se colocó primero con un 1:27.5 que significaba el mejor registro de todo el fin de semana. Pero no habría firmado esa pole de no ser por un enorme error de Verstappen, al que le pudo su exceso de ímpetu. Al intento definitivo salió dispuesto a arrasar con todo. Ya en los primeros metros rozó el muro, pero no se acobardó. Destrozó el crono de su rival en los dos primeros sectores, pero en lugar de asegurar siguió apretando. Jugó con fuego y se quemó. Con dos décimas de ventaja exprimió de más al Red Bull y perdió la trasera del monoplaza. El toque lateral contra el muro resultó un nocaut en toda regla. Una pole a la basura. «Es terrible», reconocía Verstappen, con la cara aún enrojecida tras bajarse del coche. «He intentado mantener el coche en la pista, pero se me ha ido».
Ahora el sol es un poco más brillante para Hamilton, que podría salir incluso líder de Arabia si se mantienen las posiciones de la clasificación. Los ocho puntos de desventaja que mantiene en la general parecen ahora una losa menos terrible. Lo sabe también Verstappen, al que no le resultará nada fácil adelantar a los Mercedes porque en Jeddah apenas han dejado margen para la improvisación. Así las cosas, salvo accidente o percance mecánico de Hamilton, se esfuma la posibilidad de que pueda haber un campeón antes de Abu Dabi, porque todas las combinaciones pasan por que el holandés gane o quede segundo. «El coche es rápido y veremos qué podemos hacer en carrera», se consolaba el de Red Bull, aún pensando en su fallo y en el modo de enmendarlo en la carrera. Será al ataque, eso seguro.
Verstappen será campeón si:Verstappen será campeón si:
Gana la carrera con la vuelta rápida (26 puntos) y Hamilton termina sexto o peor.
Gana la carrera sin la vuelta rápida (25 puntos) y Hamilton termina séptimo o peor.
Acaba segundo la carrera con la vuelta rápida (19 puntos) y Hamilton termina décimo o peor.
Acaba segundo sin la vuelta rápida (18 puntos) y Hamilton no puntúa.
