La defensa del Barça penalizó al Khimki (87-74), colista de la Euroliga, en un encuentro en el que el colíder de la competición, con Nikola Mirotic (24 puntos) y Cory Higgins (20) brillando en ataque, domó la anarquía de las estrellas del equipo ruso.
El equipo entrenado por Sarunas Jasikevicius apretó las tuercas atrás en el segundo y el tercer cuarto, cuando los rusos solo transformaron 28 puntos, y selló un triunfo que le permite mantener el pulso con el CSKA de Moscú en lo más alto de la clasificación.
Se preguntaba 'Saras' en la previa cómo podía ser que un equipo con tanto talento como el equipo ruso podía ser colista de la Euroliga. En el primer cuarto tuvo la respuesta: el desorden defensivo.
En los primeros diez minutos el Barça desnudó el balance espantoso del equipo entrenado por Rimas Kurtinaitis. El Barça, liderado por las asistencias de Nick Calathes -terminó el partido con 12- y los puntos de Nikola Mirotic, podía anotar fácilmente al contraataque y también desde el perímetro.
Cinco triples de ocho intentos transformó en el primer cuarto, lo que le permitió gozar de una ventaja de diez puntos (27-17, min.7), que el Khimki, con Shved y Bertrans desde más allá de los 6,75 metros, redujo a siete (32-25) al término del primer cuarto.
No le gustó a 'Saras' el 'correcalles' en el que se convirtió el primer cuarto e impuso una marcha más defensiva para frenar el intercambio de golpes que planteó su rival. El parcial del segundo acto así lo atestiguó (19-16).
El Khimki, que tiró 21 tiros desde el perímetro en el primer tiempo, siguió basándolo todo a la inspiración de Shved, máximo anotador de su equipo con 22 puntos. Con su estrella en la pista, los visitantes se mantuvieron al acecho (44-41, min.18).
Pero antes del descanso aprovechó el Barça la ausencia de la referencia ofensiva del Khimki, obligado a descansar tras cometer la tercera falta, para ganar terreno y volver a gozar de una ventaja de diez puntos (51-41) al ritmo de Higgins y Mirotic, que marcaban diferencias.
En la reanudación, se mantuvo la dinámica del segundo acto. Controló el Barça el desequilibrio ruso a través de la defensa. Y eso que entre Mickey y Booker pusieron en problemas la zona azulgrana, pero no lo suficiente.
Sin un ritmo ofensivo diabólico, el equipo catalán encadenó un 11-3 favorable en los últimos cuatro minutos del cuarto que fue casi definitivo no solo para cerrar el parcial (18-12), sino para encarrilar el partido (69-53).
Pero la renta no fue ni mucho menos definitiva. El Barça se despistó en los primeros compases del último cuarto, momento en el que el Khimki endureció el encuentro y completó un parcial de 3-11 para seguir vivo (72-64, min.34).
Paró el partido Jasikevicius con un tiempo muerto y dio entrada, de nuevo a los titulares. Con Higgins, Mirotic y Calathes todo fue más fácil para encadenar un parcial de 9-0 y sentenciar el partido para el líder (81-64, min.37), que sumó la undécima victoria en catorce partidos.
