Estaba metido el Real Madrid en uno de esos líos en los que se enreda en esta Liga. Había tenido ocasiones para ganar antes y también se había encontrado con un gol en contra y un Getafe animado que pensó que todo era posible apoyado en Jorge Molina. Apretaba el sol en el Coliseum y al Real Madrid le aparecían las prisas con un empate que servía para muy poco. Se podía cortar la racha de victorias consecutivas fuera de casa (13 suma ya) en el partido 100 de Zidane, pero a la tarde le quedaban todavía las apariciones de Cristiano e Isco. El centrocampista se había quedado en el banquillo después del esfuerzo con la Selección y antes del partido de Champions contra el Tottenham, pero hacía falta su luz para iluminar al Madrid, así que tuvo que quitarse la sudadera y jugar. No hay nadie con una visión tan clara en este comienzo de curso y cuando el Getafe acumulaba diez jugadores defendiendo por delante de Guaita encontró el único hueco que quedaba libre para ganar el partido. Telegrafió un balón perfecto a la espalda de la última línea azulona y a ese pequeño espacio corrió Cristiano, que había fallado algunas más fáciles, pero que esta vez no falló. Todavía no había marcado en esta Liga y no quiso hacerse esperar más. Apareció a tiempo para darle los tres puntos al Madrid, que los necesitaba para no descolgarse más todavía.
Antes de que la conexión Isco-CR iluminase el Coliseum, Benzema había sido el futbolista blanco más empeñado en sentenciar el partido. Regresaba el francés de su baja por lesión y volvió a confirmar que por más que haya días que dimita, es un futbolista básico para el Madrid. No es un nueve sí... a cambio de la falta de ese instinto de killer, ofrece muchísimas otras cosas. En un partido espeso, con mucho calor y un Getafe ordenado, el francés fue siempre una salida fácil para el compañero y oxígeno para cada jugada ofensiva. Un control suyo orientado con el pecho dentro del área fue el origen de la mejor ocasión blanca en la primera parte. Le bajó la pelota al portugués, que remató con todo y se encontró con la mano firme abajo de Guaita. Benzema era la chispa que le faltaba al Madrid, con Marcos Llorente otra vez más laborioso que efectivo y Lucas Vázquez sólo insinuando el futbolista que fue los dos últimos cursos.
La insistencia de Benzema tuvo premio combinada con un par de imprecisiones de Cala. Peleó Karim un balón que se había quedado corto, no llegó el central getafense y el remate del francés fue imposible para Guaita. Sin aumentar el ritmo, el Real Madrid estaba por delante y con una cierta comodidad, que perdió tras el gol del empate. En una jugada algo embarullada y con un fuera de juego que se pudo ver luego en la tele pero más difícil de apreciar en el campo, igualó el Getafe, que tomó el tanto de trampolín. Notaba el Madrid el cansancio y se animaron los de Bordalás. Arambarri tuvo en sus botas el 2-1.
Estaba todo en el alero y así estuvo hasta el final, pero apareció Isco para contabilizar los tres puntos en una sobremesa de digestión pesada para el Madrid, que pudo rotar sin daños colaterales. A Cristiano le costó arrancar, porque falló un remate casi a puerta vacía, pero ya ha empezado su cuenta en Liga. Justo a tiempo para no tropezar en el Coliseum.