Le puede pasar a cualquiera y es habitual salir de casa con prisas y preguntarnos si de verdad cerramos la puerta tal y como habíamos pensado hacer o volver para asegurarnos de que, tal y como pensábamos, hemos cerrado el coche. No es tan habitual cuando este tipo de conductas dejan de ser algo anecdótico y se convierte en algo repetitivo que condiciona nuestras vidas. En España, se calcula que el número de personas con un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) ha aumentado en un 30% desde la pandemia.
A pesar de que el término TOC suele emplearse en muchas ocasiones de manera un tanto banal (por ejemplo, haciendo referencia a que algo desordenado nos molesta y tenemos que organizarlo a nuestro gusto), se trata de una afección mental que condiciona la vida de quien lo padece. Aunque las conductas repetitivas sean lo más llamativo, también tiene asociados otros síntomas, como pensamientos persistentes e intrusivos, ansiedad y estrés.
Una investigación de la Universidad de Concordia en Montreal (Canadá) publicada en la Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders, ha llegado a la conclusión de que una posible causa para llegar a desarrollar este tipo de trastornos es el miedo a perder el control. Así se puso de manifiesto durante el estudio, en el que se analizó el comportamiento de 133 participantes a los que se les dio información falsa relacionada con su riesgo de perder el control sobre su pensamiento y acciones.
Al pedirles que completaran una tarea en el ordenador (sobre la que en realidad no tenían ningún control sin saberlo), aquellos que habían sido informados de un mayor riesgo de perder el control mostraron un comportamiento más meticuloso y detallado. Esto confirmaba lo planteado por el equipo de estudio, el miedo a perder el control puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas como fobia social, TOC, trastorno de estrés postraumático o ansiedad.
“Hemos demostrado que las personas que temen perder el control tienen una mayor tendencia a involucrarse en comportamientos de control de manera más frecuente”, explica Adam Radomsky, coautor del estudio. “Cuando tratamos el TOC en la clínica, podemos intentar reducir las creencias de los pacientes sobre la pérdida de control, lo cual debería disminuir sus síntomas”.
Como señalábamos antes, ser perfeccionista o querer que todo luzca ordenado o esté limpio no es lo mismo que tener un trastorno obsesivo compulsivo. Quienes lo padecen pueden presentar síntomas de obsesión, de compulsión o ambos.
Las obsesiones son pensamientos o imágenes mentales que se repiten y causan ansiedad y suelen manifestarse en forma de miedo a los gérmenes o la contaminación, miedo a perder algo, pensamientos no deseados, pensamientos agresivos hacia uno mismo o los demás, pero también necesitar que las cosas estén alineadas o en un equilibrio concreto.
Los comportamientos que alguien siente la necesidad de repetir para reducir su nivel de estrés son las compulsiones, y las más frecuentes son la limpieza o el lavado de manos excesivo, verificar cosas en repetidas ocasiones, contar u ordenar las cosas de una forma concreta y precisa.
El TOC suele comenzar en la adolescencia y los síntomas ir apareciendo a lo largo del tiempo, en situaciones de estrés pueden empeorar y existen distintos grados, en algunos casos resulta incapacitante, por eso se recomienda buscar ayuda profesional lo antes posible, para aprender a lidiar con ello y que no llegue a condicionar nuestra vida.
National Library of Medicine. (s. f.-m). Trastorno obsesivo-compulsivo. https://medlineplus.gov/spanish/obsessivecompulsivedisorder.html
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) – Síntomas y causas – Mayo Clinic. (s. f.). https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/obsessive-compulsive-disorder/symptoms-causes/syc-20354432