Al igual que pasa con algunos destino de España, Portugal cuenta también con lugares maravillosos que a veces resultan eclipsados por otros con más fama. Y esto es lo que le sucede a Estoril. Esta bonita localidad marítima, que se encuentra a tan solo media hora de Lisboa, es el destino ideal para escapar por unas horas (o un par de días) de la capital. Es famosa por sus elegantes palacios y jardines, así como por las fascinantes leyendas de espías que la acompañaron durante la Segunda Guerra Mundial.
Su fama comenzó a principios del siglo XX gracias a la presencia de aguas termales, lo que convirtió a esta localidad en un lugar de reposo de gente adinerada. Así, surgieron hoteles, campos de golf y un casino de fama internacional. Y aunque aún quedan vestigios del lujo y la pomposidad de su glorioso pasado, hoy Estoril es sobre todo una relajante localidad con espectaculares playas que miran al Atlántico. Un destino tranquilo y con encanto que merece la pena descubrir, a pesar de que le haga sombra su vecina Cascais, a la que está unida por un paseo marítimo con unas vistas impresionantes.
En un paseo por el centro histórico irás encontrando numerosos edificios que recuerdan al turismo de lujo que dejó su huella en esta ciudad. De la época dorada de Estoril destaca también el famoso Casino, cuya fama está ligada a la de James Bond, ya que fue aquí donde Ian Flemming, su autor, se inspiró para escribir su novela, Casino Royal.
Este reducto de paz de la costa portuguesa no ha perdido nunca su antigua calma. Lo comprobarás disfrutando de este agradable plan: recorrer relajadamente su paseo marítimo en bicicleta o andando, en un trayecto con estupenda vistas y que conduce hasta la vecina localidad de Cascais. No tardarás más de media hora, contando que seguro pararás más de una vez para hacer fotos.
Otro de los lugares que no debes perderte es este templo que está situado cerca del Paseo Marítimo. Cuenta con una fachada barroca y su construcción es típica de las iglesias portuguesas. Fue puesta en pie por la Orden de San Francisco y de su interior destaca el techo pintado por el artista portugués Carlos Bonvalot y los azulejos con motivos de la vida de San Antonio.
Descubriendo Estoril es inevitable que te encuentres con lujosas mansiones y chalets, que fueron residencias de miembros de la realeza española e italiana, y hoy forman parte del legado patrimonial de la localidad. Sobre todo las verás en los barrios de Sao Pedro o Sao Joao. Uno de estos edificios más destacados es el Chalet Barros, construido en el siglo XVII con forma de castillo medieval. También se le conoce como el Castillo de Estoril o de Forte da Cruz, que era su nombre original. Es una de las imágenes más reconocibles de esta localidad y se encuentra en la popular Praia do Tamariz.
Y por supuesto, este encantador rincón de la costa lusa cuenta con bonitos y tranquilos arenales, como no podía ser de otra manera. Entre las playas más agradables está la playa do Tamariz. Es pequeña y tiene palacetes a su alrededor y la estación de trenes de Estoril en frente. Sus aguas son muy tranquilas, por lo que es ideal si vas con niños. Muy cerca de ella hay también unas piscinas naturales de agua salada que fueron construidas en 1953. Otra de las playas que te recomendamos es la de Carcavelos, muy buena opción para familias.
Si vas en coche, el trayecto más bonito es por la carretera Marginal, la EN 6, bordeando la costa. Otra opción es coger la A5, siguiendo las indicaciones de Cascais/Estoril. También se puede llegar en tren desde Lisboa. En este caso tienes que ir a la Estación de Cais do Sodré y coger el tren regional Cascais-Lisboa. Sale aproximadamente cada veinte minutos y el billete sencillo cuesta 2,40€.
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