Por la cercanía con España, Portugal siempre es una gran apuesta para una interesante escapada y tenemos muy claro que este país nunca defrauda. En la región del Algarve y muy cerca de la costa se encuentra Odeceixe, un pueblito muy especial que es uno de los secretos mejor guardados del país vecino. Esta aldea de pescadores, que en los años 70 fue refugio de hippies, hoy sigue siendo uno de los mejores destinos para disfrutar del mar, las olas y la tranquilidad al más puro estilo portugués.
Como en La Mancha, así te sentirás en este precioso rincón portugués, donde no faltan los molinos ni las casas encaladas en blanco y tonos azules. Este pueblo marca la frontera natural entre el Algarve y el Alentejo, región que comienza nada más cruzar el puente del río Ceixe. Odeceixe es el destino perfecto para los que buscan calma y tranquilidad sobre todo si se visita fuera de los meses de verano. Durante el paseo por las calles de esta localidad de formas redondeadas, te darás cuenta de que el ambiente y arquitectura tradicional portuguesa va cambiando según las zonas.
En la parte alta se encuentra la principal atracción de Odeceixe: el molino de viento (Moinho de Vento), Se mantiene todavía en funcionamiento. Desde este lugar se puede disfrutar de unas vistas increíbles del valle y los alrededores.
Además de recorrer pueblitos con encanto, visitar el Algarve significa también poder elegir entre numerosa playas a lo largo de sus 155 kilómetros de costa salpicada con variados paisajes. Y al igual que sucede en otros pueblos portugueses de la zona, en Odeceixe podrás disfrutar de la auténtica vida rural y de las cosas sencillas. Eso sí, al ser una localidad costera, durante los meses de verano el ambiente cambia. La principal razón está en sus famosas olas, que son un imán para los surfistas y turistas de toda Europa, ya que su playa está considerada como una de las siete maravillas de Portugal y una de las mejores de Europa.
La Praia de Odeceixe se encuentra a unos dos kilómetros del pueblo, en el lugar donde desemboca el río Ceixe. Una duna separa la zona de agua dulce de la playa, creando dos lugares de baño diferenciados y muy especiales. Te recomendamos que subas al Miradouro da Maravilha, que se encuentra a la salida del pueblo. Cuenta con una zona habilitada para aparcar y es el lugar perfecto para contemplar desde una cierta altura la destreza de los surfistas surcando las olas.
