Ya a principios de este verano dediqué una columna a glosar las singladuras mediterráneas que nuestro protagonista, Toni Comín, la más perfecta síntesis que podamos encontrarnos de nepo-baby, por ser hijo del histórico político aragonés Alfonso Comín, y percebe, por lo bien que se agarra al carguillo público, disfrutó junto a su amigo y colega de delirios Lluís Llach a bordo de un yate que pagaron sin saberlo todos los contribuyentes a la caja del Consell de La República. La denuncia partió de la entidad Cat Global ASBL, que, tal y como publicó el diario “El Món”, desgranó ...