Te levantas a las 4 de la madrugada para ir a trabajar. Un solo café no es suficiente para avisar a tu cuerpo de que ya tiene que estar activo y alerta. Aún así, sales de casa y te diriges a tu automóvil. Abres la puerta del conductor y te sientas, dejando la puerta abierta. Pones en marcha el motor. Todo va bien. Cierras la puerta y, ahora ya sí, te abrochas el cinturón de seguridad y comienzas a conducir. Son muchos años de arrancar el coche con la puerta del conductor abierta, tal y como te dijeron, para tener alguna mínima posibilidad de salir con vida, en el caso de una explosi ...