De nada sirve rendirse ante el Diablo pensando que se aplacará. El Mal nunca tiene suficiente y siempre busca ir un paso más allá en la perdición de humanos, pueblos y naciones. En Cataluña, a tenor de esto, la maldad no tan solo no ha desaparecido a pesar del servilismo socialista; por el contrario, esas ofrendas al ídolo lazi han hecho aumentar el odio que los supremacistas sienten hacia los que no comulgamos con sus ideas. Es la realidad de esta tierra, terrible y mecánicamente constante, sin tregua ni alivio. Por vía de ejemplo: Vilafranca del Penedés, el pregonero de las fiest ...