Cada vez más miembros del PSOE se miran y no se reconocen. Un monumental enfado atraviesa el partido por seguir dependiendo para continuar en el poder de Carles Puigdemont tras su último espectáculo en Barcelona. La segunda huida del expresidente catalán ha indignado a buena parte de los socialistas. Una de ellas, que tuvo altas responsabilidades en la ejecutiva, califica la subordinación al prófugo así: "Es indigno, patético y vergonzoso". Ni la presidencia de Salvador Illa calma los ánimos. En verdad, parece lógico pensar que el Gobierno y la actual cúpula socialista mirarían ...