Miren ustedes por dónde, el ministro Escrivá se ha puesto de moda por un quítame allá esas pajas, con perdón. Dice el prócer patrio que eso de que los chavales vean porno está muy mal – y es cierto, es una aberración que el primer contacto que tengan con el sexo sea mediante la pornografía – y propone un carné, una cartilla, una cédula, en fin, un pajaporte para que solo los adultos e incluso algún subsecretario de estado tengan acceso a tales contenidos. Hombre, ministro, ¿no se le ha ocurrido otra cosa? De entrada, suena a control orwelliano por parte de usted y del gobierno ...