Ya hemos votado en las elecciones europeas. Los españoles nos las hemos tomado más o menos tan en serio como siempre: alrededor de la mitad de los ciudadanos con derecho a voto se quedó en casa, como si lo que ahí se decidía no fuese importante. Hemos sido mucho más cumplidores que los lituanos, los eslovacos o los croatas (ahí votó menos del 30% del censo), pero no tanto como los belgas o los luxemburgueses, países en los que se acercó hasta la urna el 90%. Claro que hay truco: en esos países el voto es obligatorio… Pero el premio al humor negro se lo llevaron los griegos, que ta ...