En su solemne preámbulo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho a rebelarse contra la tiranía: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”. Conviene recordar que esta declaración, renovada y ampliada varias veces, fue uno de los primeros resultados capitales de las revoluciones liberales, la norteamericana de 1776 y la francesa de 1789: desde entonces, entendemos que la democracia es lo opuesto a l ...