Vivimos en una democracia tan liberal que mostrar preocupación y rechazo a la posibilidad de una guerra nuclear en suelo europeo se considera putinista, alta traición o lo que es más ridículo: equidistante. En el mundo libre y de la razón que representa Occidente se ha vuelto algo peligroso pensar y hacerse preguntas para entender cuanto afecta a nuestra vida, todo lo que nos rodea, que es precisamente lo que determina a una persona como civilizada y no su tarjeta de crédito. La cultura de la cancelación con esta pseudo religión woke que asola Occidente se cobra víctimas civiles ca ...