Con un déficit estructural endémico y voluminoso, así como con una pila de deuda pública que no anda lejos del 120% del PIB, en España deberíamos aplicar una política fiscal seria y rigurosa, que huya de las veleidades populistas de la bajada de impuestos indiscriminada. Y que sirva para ir ganando la confianza de los mercados y bajar la prima de riesgo exigida para colocar nuevas emisiones de deuda. Sin embargo, nuestros políticos muestran estar absolutamente de espaldas a la realidad y utilizan los temas fiscales para su conveniencia. Para Sánchez este asunto es puramente instrum ...