Antes de confirmarse que el primogénito de Isabel II será llamado Carlos III, el sucesor al trono británico llegó a plantearse reinar con otro nombre para evitar asociaciones con infames capítulos de la historia de este país ocurridos durante los reinados de Carlos I y Carlos II. La muerte en el castillo de Balmoral (Escocia) de la soberana a los 96 años precipitó la puesta en marcha de protocolos ideados en los años 60, al tiempo que, paralelamente generaba todo tipo de interrogantes relativos al futuro de la monarquía. Una de estas cuestiones fue cómo se llamaría el nuevo rey, ...