Medio orientales que somos, fruto sin duda de 700 años de cultura árabe, los españoles solemos confiar nuestra vida más al caprichoso destino que a nuestro buen hacer terrenal; ponemos la suerte -en Marruecos baraka- por delante, de ahí que la famosa meritocracia anglosajona y, en general, de toda la Europa del norte protestante haya tenido históricamente, y tenga, tan poco predicamento por estas tierras. El fenómeno de la lotería de Navidad con todo un país pendiente de esa suerte de bingo multitudinario es testigo. Baraka pronun ...