Una frase: 'Rafa Nadal, presidente'. Tres palabras que resumen todo. Nuestra decadencia, nuestra ignorancia y nuestra ruina. Nuestra impulsividad en situaciones de dificultad. Nuestra costumbre de taponar fugas con paños mojados y de otorgar el don de la omnipotencia a quien consigue un logro, aunque sea a base de pegar raquetazos. Aunque tenga mucho mérito. Nadal, presidente. Marta Domínguez, diputada. Romario, senador. Cuando la turba opina en caliente, siempre se equivoca. El gobierno de las emociones equivale ...