Es posible que este verano me tirara a la piscina publicando mi firme deducción sobre la retirada de Pau. Así me lo hicieron entender varias fuentes, así me había llevado los hechos que os describo más abajo. También me ayudó aquel escrito que le dedicó Marta Fernández, hermana de Rudy y con entorno cercano desde hace muchos años al Pau. Aquel escrito en cuestión, a través de algún fragmento, diría que sin querer, aclaraba su más que probable retirada.
Un usuario en Solobasket muy vertical pero con frecuente ingenio, Mijuan, me soltó algo así como “vaya, ya sabéis más que el propio Pau”. Qué bueno pensé, tiene toda la razón, el propio Pau ha pedido tiempo y eso es por algo, como todos sabemos no es una cuestión de dinero, así podía poner fin a su carrera cuando quisiese. Digo cuando quisiese porque hay bastantes deportistas con futuro incierto fuera de las pistas y ahorros insuficientes que destrozan o han destrozado su cuerpo por esos motivos.
Las evidencias son físico-mentales, y en esto último incluye la logística, Pau vive con su mujer y su bebé en los Estados Unidos. Y es que no se trataba de jugar en un equipo que sólo compite una vez a la semana. Hablamos del Barça de Jasikevicius. Un equipo con compromiso TOP, el de ganar todas las competiciones que disputa: tres, una de ellas la exigente Euroleague. Para ello, lo orquestado una máquina presionadora, como el ya nombrado Saras.
Los indicadores físicos también vislumbraban un claro peligro: que Pau no acabara con la mejor imagen en una pista de basket si tenía que sufrir una temporada entera al hiperexigente nivel anteriormente justificado. Este verano ya vimos en los Juegos, aunque no jugó nada mal para llevar tanto tiempo sin competir y la edad que tiene, que ejemplo, sus piernas ya no le permiten percutir en el poste y por eso se aislaban sus unos contra uno sin recibir ninguna doble marca ni amenaza. Pau es un tío muy racional y poco impulsivo, de ahí a que no quisiera cerrarse las puertas hasta el final de sus largas reflexiones. Quería escuchar a su familia pero también a su mente y cuerpo. A sus 41 años, casi 20 años de carrera en la NBA, más de 200 internacionalidades y un sin fin de medallas, títulos y premios individuales, se retira el mejor jugador de baloncesto de la historia de España, para algunos también el mejor deportista.
Le precedieron en la retirada dos genios, el base griego Vasileios Spanoulis y nuestro argentino Luis Scola. El primero, es el base más impactante que he visto en una pista de baloncesto de la máxima división continental europea. Aunque su explosión, como Pau, se podría decir que fue algo más tardía que la de otros genios. Se dice que el ex NBA Tracy Murray, dio prácticamente sus últimos coletazos en Grecia, le puso el apodo de Bill de Butcher, apelando al cruel y determinado personaje interpretado de forma magistral, como no podía ser de otra manera, por Daniel Day-Lewis. Cuando venía a por ti, nada podía pararlo. Y eso es lo que hacía el de Larisa, cuando creías que ya habías ganado un partido, una semifinal, una final, cogía el balón y te ganaba con un tiro, un pase, una falta forzada, una jugada ejecutada. Es por ellos que muchos le consideramos el jugador europeo, -veamos cómo continúan las carreras de Doncic quién dicen que llevó el 7 y ahora 77 en honor a Spanoulis, o Ricky-, el base más decisivo en Europa.
Un ejemplo muy ilustrativo a parte de sus 3 MVP en las 3 finales de Euroleague en las que se coronó, hito que sólo ha conseguido un tal Toni Kukoc (aunque entonces la máxima competición de clubes del viejo continente estaba gestionada por FIBA), en la Final Four de 2015, jugando en semifinales contra el favorito CSKA de De Colo, Kirilenko, Hines y Teodosic llevaba 0/11 en tiros de campo y sólo 2 puntos a poco más de 3 minutos del final del choque y el resultado era de -9 para su equipo, el Olympiacos. A esas alturas, tu mente te machaca, el escenario te absorbe y la muñeca se te encoge. Kill Bill, como también le apodaban, anotó 11 puntos, con 3 triples consecutivos, y liquidó a los moscovitas. En la final no pudieron vencer al Real Madrid pero ahí está ese partido para los anales de este deporte.
Finalmente, qué decir de un viejo conocido como Luis Scola, se habla de la maravillosa generación del 80 en España pero pocos recuerdan a otro jugador, en este caso argentino, debido a su precoz incursión en el profesionalismo. En el 98 jugó cedido en Gijón donde se convirtió en el extrajero más joven de la liga, 15 puntos y 6.4 rebotes de media, con 18 años. El resultado fue el ascenso de su equipo a la ACB donde jugaría una temporada más y en la que ahora consiguió que su equipo se mantuviese con una tarjeta de presentación de 14.8 puntos y 5.6 rebotes. Jugador que cambió la percepción móvil del pívot por dominar la continuación corta y larga del pick and roll. Luego cosecharía una fantástica trayectoria con el Baskonia ganando una Liga y varias Copas. También jugó 10 años en la NBA. Se retiró este verano con su selección argentina, entre sus medallas más importantes con la albiceleste el Oro olímpico de 2004 y en el 2019 fue subcampeón del mundo acabando como uno de los máximo anotadores del campeonato a pesar de sus 39 años y no tener equipo.
Andrés Noccioni, otro jugador histórico en Argentina lo destacó en una entrevista con el periodista Carlos Altamirano por encima, ni más ni menos que de Manu Ginóbili: «A Luis Scola querer evaluar su carrera con el último partido no tiene lógica. Lo que hay que valorar es todo lo anterior. Para mí es el jugador más importante de la historia de la selección argentina, uno de los más importantes del mundo FIBA. Ginóbili fue el mejor jugador de Argentina, pero Luis Scola es otra cosa. Es el emblema, es la bandera, es todo lo que representa el baloncesto argentino en el mundo. Ha sido un embajador increíble para nuestro país”.
Esta semana ha empezado la Euroleague, año I, y lo hará sin tres jugadores emblemáticos: Pau, Vasileios y Luis.