Sabemos que España cerrará un ciclo muy importante en estos Juegos Olímpicos. Sabemos que el ritmo al que le va a someter los EE.UU. va a ser infernal. Que no tenemos a ese alero joven, alto, fuerte y tirador llamado Juancho. Que los Gasol, sumando juntos más de 75 años y muchos kilos y centímetros, van a ser castigados continuamente con picks and rolls/pop, tiros abiertos y aclarados de dentro a fuera. Que si Jrue Holiday frenó a Chris Paul en las finales de la NBA también puede hacerlo con el jugador clave español, su homólogo Ricky Rubio. Los de Popovic, para mí, además de por la lógica de haber podido entrenar más tiempo juntos, son otro equipo con él. Que USA supera prácticamente en todas las estadísticas menos en faltas cometidas y, en la media de altura y edad de sus componentes (30 años), a los de Scariolo.
Pero, este veteranísimo equipo ha demostrado ante una Eslovenia intratable que puede ser un guante sin perder su estilo: juego alegre, tiros rápidos, correr y construir desde la defensa. El tiro de Abalde era franco y se salió de dentro, el pase debajo del aro a Claver le daba ventaja ante sus atacantes pero no entró. Fue un cara o cruz ante un equipo que es mucho más que Luka Doncic, que rebotean como diablos, tiran como los ángeles y tienen un hambre atroz por la victoria. Sin embargo, Scariolo, su cuerpo técnico y sus chicos ataron, a excepción de los 2 minutos finales, el partido y al propio Doncic.
Que los de rojo buscan cualquier resquicio para sacar ventaja, como el hecho de que cometan tantas faltas de forma estratégica. Que nunca se descentran y, en cambio, -que se lo pregunten al mismo Doncic transformado, esta vez, en una preocupante versión del peor lado de Drazen Petrovic-, pueden desquiciarte fácilmente.
No obstante, seamos realistas, que los norteamericanos no tengan el día desde el triple ni en el control del balón (son el equipo que menos balones pierde) y España sí tenga un sobre rendimiento de todos sus jugadores va a posibilitar el milagro. Dentro de ese aumento de rendimiento todos los focos van a parar a Marc Gasol. Su 36.8% en tiros de campo, 7.7 puntos, 4.3 rebotes, 0 tapones y, eso sí, 3.7 asistencias en 21.3 minutos de juego son insuficientes para que España se dé una oportunidad ante los Durant y cía pero... quién no recuerda la pobre tarjeta de presentación del pívot de Sant Boi en el pasado Mundial de 2019 hasta semifinales (33 puntos ante Australia) y la final (14 puntos y 7 asistencias) donde también se convirtió en el máximo responsable de la consecución del campeonato junto a Ricky. También quisiera destacar otra circunstancia que puede arrojar un poco más de luz para que no se repita lo ocurrido hace 17 años en los JJ.OO. de Atenas con aquella versión de videojuego de Stephon Marbury, hasta el momento los norteamericanos, cuando se enfrentaron a un equipo de los potentes en los Juegos (Francia) perdieron. El resto no fueron rivales puntales: Irán y República Checa.