Las universidades públicas españolas recibieron 7.607 millones de euros de las comunidades autónomas en 2022, lo que supuso su mayor partida de ingresos, con un 65% el total, según los últimos datos publicados por el Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El dinero ingresado por las matrículas de los estudiantes representó un 13%, el aportado por el Gobierno central un 6% y el resto (derivados de las rentas de su patrimonio, inversiones o de productos financieros, entre otros), un 16%.
“La mayor parte de los presupuestos de las universidades públicas suelen provenir de transferencias corrientes y de capital recibidas de las administraciones, principalmente de sus comunidades autónomas”, explica Montse Álvarez, del gabinete técnico de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.
Según las cifras del Ministerio, la Universidad de La Rioja fue la que tuvo un mayor grado de dependencia financiera de la comunidad autónoma. Le siguieron el País Vasco y Baleares. A la cola se situaron Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana.
“Normalmente hay una correlación en regiones como Madrid, Cataluña o Comunidad Valenciana, donde más porcentaje de ingresos provienen de tasas, precios públicos y otros ingresos porque tienen menos dependencia de la financiación autonómica”, explica Álvarez. “Por otro lado, que unas comunidades aporten más o menos a sus universidades también tiene que ver con sus prioridades en relación con otros gastos públicos y con los recursos que son capaces de recaudar”.
Entre los años 2012 y 2022, el porcentaje medio anual de financiación autonómica de las 50 universidades públicas españolas se situó en el 65%, las matriculaciones de los estudiantes representaron el 17% de los ingresos totales, las aportaciones económicas del Gobierno un 4,8% y el resto de ingresos, un 12,4%.
“En la época de recortes, en los primeros años a partir de 2010, las transferencias recibidas por las administraciones públicas cayeron y las matriculaciones y tasas académicas aumentaron. Es a partir de 2015 cuando hay una cierta reversión”, concluye la experta.
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