Higgs recibió el Nobel en 2013 por predecir con medio siglo de anticipación la existencia de un bosón que explica la masa de ciertas partículas.
Peter Higgs, que predijo la existencia de un bosón (tipo de partícula subatómica) 48 años antes de descubrirse, ha muerto a los 94 años. El adiós de este físico y premio Nobel ha sido anunciada por la Universidad de Edimburgo, su ciudad, donde era profesor emérito. Según una nota de este centro, “falleció pacíficamente en su casa el lunes 8 de abril tras una breve enfermedad”.
Higgs predijo la existencia de una nueva partícula, el llamado bosón de Higgs, en 1964. Pero pasaría casi medio siglo antes de que se pudiera confirmar la existencia de la partícula en el Gran Colisionador de Hadrones, en el CERN de Ginebra. En 2012 ponía cemento un ladrillo más del conocido como Modelo Estándar, la teoría que representa hasta ahora que pasa dentro del mismísimo átomo. ”Un legado del siglo XX y la base de la tecnología moderna”, en palabras de Emma Torró Pastor (IFIC-CSIC-UV).
Conocida popularmente como la partícula de Dios, Higgs se opuso a esa denominación por llevarla al terreno teológico.
Fue ”la última pieza del del Modelo Estándar”. Se bautizó –para su disgusto– como la partícula de Dios. Y una nueva confirmación de que ese modelo, que explica de qué y cómo está hecho cuanto conocemos, responde “a una teoría muy sólida”, en palabras del físico José Edelstein, quien cree que ese descubrimiento vino a reforzar la idea de el Modelo “es quizás la mejor teoría científica de la historia de la humanidad, en su nivel de precisión”, tal y como contaba en el pódcast de Newtral.es Tampoco es el fin del mundo.
Higgs ganó el Premio Nobel de Física de 2013 por su trabajo, junto con el belga Francois Englert, a quien de forma independiente se le ocurrió la misma teoría. Se negó a quedarse en la fiesta posterior. Higgs voló de regreso a casa y celebró en el avión su galardón con una lata de cerveza. El CERN, que tiene estantes llenos de botellas de champán vacías que conmemoran grandes momentos en su sala de control, preguntó si podía quedarse con la lata, pero doctor Higgs dijo que ya la había tirado.
El bosón de Higgs sería lo equivalente a las ondas o estelas que se crean cuando algo –con masa– cae o roza el estanque, señala como metáfora Torró. Ese bosón, que sería un partícula con cualidades cuánticas, surge en esa interacción con un campo energético. En la metáfora, ese campo (campo de Higgs) sería el estanque. En la realidad, el universo entero, según desarrolla en un artículo en The Conversation.
“Al interaccionar las partículas con este campo, se vuelven más lentas y más pesadas. Si las partículas no interaccionan, no tienen masa, sería el caso de los fotones de la luz”. Como la luz sobre el estanque, que no produce ondas sobre el agua. Esto también se puede ver con otras comparación: un campo nevado. Un esquiador encuentra cierta resistencia si es muy pesado, más que si es ligero y delgado. Se podría decir que su masa se puede deducir de la resistencia que opone la nieve al moverse. Y también de lo profundo del surco que deja a su paso. Del mismo modo que, a mayor masa, más profunda será la pisada en el tapiz nevado, por parte de un montañero. En la realidad, el esquiador-montañista sería un electrón, por ejemplo, deslizándose por el campo de Higgs. Un ave volando, un fotón sin masa.
En este vídeo, el físico y divulgador José Luis Crespo lo explica en profundidad:
El vicerrector de la Universidad de Edimburgo, Peter Mathieson, ha señalado que Higgs era “un individuo notable, un científico verdaderamente talentoso cuya visión e imaginación han enriquecido nuestro conocimiento del mundo que nos rodea. Su trabajo pionero ha motivado a miles de científicos y su legado seguirá inspirando a muchos más para las generaciones venideras”.
Alan Barr, catedrático de Física de la Universidad de Oxford ha reaccionado poco después de conocer la noticia: ”De la mente del profesor Higgs surgieron ideas que han tenido un profundo impacto en nuestra comprensión del universo. Fue también un verdadero caballero, humilde y educado, siempre dando el debido crédito a los demás, y animando amablemente a las futuras generaciones de científicos y estudiosos”.
Una explicación casi política de lo que es el bosón de Higgs
En 1993, William Waldegrave, entonces ministro de Ciencia británico, prometió regalar una botella de champán a quien lograra explicarle, en no más de un folio, qué era esa extraña y esquiva partícula que llamaban bosón de Higgs. El físico David Miller se se llevó una.
Titulada “Una explicación casi política del bosón de Higgs”, lo explicó como una fiesta del partido conservador. Cuando Margaret Thatcher entra en la sala, los militantes se sienten atraídos y van formando corrillos a su alrededor. La militancia vendría a ser el campo de Higgs. La munchedumbre dificulta el paso de la partícula Thatcher. Pero también le dan entidad a la primera ministra, le confieren su masa.
David Miller se convirtió en un icono de la divulgación. Y Waldegrave reconoció meses más tarde: “Empiezo a ver por qué esto es importante”. Higgs, que no tuvo demasiados pronunciamientos políticos, se opuso al bréxit ante la pérdida de financiación y el peligro para colaboraciones internacionales.
Anuncio de la Universidad de Edimburgo
Emma Torró Pastor (IFIC-CSIC-UV)
José Edelstein (USC)
Alan Barr (Univ. Óxford)