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Cuando desmontas un remonte tradicionalmente había dos opciones: o era tan viejo que solo quedaba buscar un lugar donde deshacerse del aparato, o si todavía le quedaba vida, tratar de venderlo como telesilla o telecabina de segunda mano. Pero desde hace unos pocos años ha surgido una tercera vía: la subasta.
Las cabinas en cuanto salen a la venta suelen volar. Antes principalmente por particulares que las colocaban en su jardín o en una tienda de deportes. También se ha visto en alguna oficina como pequeño espacio para reuniones o para mantener una charla telefónica sin molestar al resto de compañeros. Pero últimamente han surgido empresas que se dedican a comprarlas, las restauran y en muchos casos las customizan a demanda del cliente. En general las alquilan para eventos, para algún anu...'
