Jeaustin Campos es el técnico más ganador en la historia del Saprissa. El timonel, hoy en el Real España de Honduras, analizó la actualidad morada y lo que puede provocar el clásico nacional ante Alajuelense de este sábado a las 8 p. m..
Campos no escondió sus verdades sobre el Monstruo, enfatizó que lo ve lejos del pentacampeonato y reflexionó sobre cómo la Liga tiene una oportunidad de dejar ‘en coma’ a la S.
—Yo siento que, independientemente de Saprissa, cuando hay equipos con una generación que te llevan a cierta estabilidad, eso hace que el equipo sea más constante y se logren cosas. A partir de ahí, siento que mantener la constancia en el éxito es muy complicado; se necesita tener siempre una autoevaluación para ver qué se puede mejorar y evitar las zonas de confort, eso a nivel de grupo.
También hay una tarea de mantener la constancia en el grupo. Esto quiere decir que, si alguien sale, esa salida debe valer la pena para que lo que ingrese pueda sustituir de forma correcta.
—Si se ven los refuerzos que se adquirieron cuando Ángel y yo armamos el grupo anterior, no hubo grandes contrataciones de nombres; fueron dos o tres de Santos, (Fidel) Escobar, que nadie lo conocía, y por ahí Youstin Salas. En esa época salieron figuras como Warren (Madrigal), (Kevin) Chamorro y (Álvaro) Zamora.
Ahora, si se van tres jugadores a Europa y no se recibe ninguna remuneración para que sea un buen negocio o para tener refuerzos de la misma experiencia, por ahí pueden comenzar a verse goteras en una gestión.
También hay que entender que el plantel pasa de un momento de plenitud a uno de madurez. Uno, cuando va avanzando en edad, pierde cualidades físicas, y este equipo se está haciendo grande, pero para corregir esto se debe prever dos años antes. Yo tampoco veo un cambio generacional claro.
Todo esto se pudo manejar mucho mejor, tratando de que lo que viniera tuviera experiencia; ni siquiera hablemos de nivel, de los jugadores que se fueron.
Saprissa desafía invicto de Alajuelense con el recuerdo de la última bofetada que le propinó
—Todo lo que mencioné creo que indica que es más difícil. De hecho, en los últimos dos torneos, uno ve que Saprissa queda campeón, pero paralelamente se va debilitando. Es claro que cada vez le está costando más el campeonato a Saprissa. ¿Por qué? Bueno, ya sea porque se han debilitado a nivel de experiencia o talento. De repente, que es para mí lo que más pesa, Alajuelense y Herediano compiten cada vez mejor.
Lo del cambio de técnico también es una lotería. Ahora creo que es un oasis lo que se acaba de hacer al clasificar a Concacaf, porque pueden agarrar confianza... Veremos cómo sale.
Al final, el saprissismo se esperanzará en el estadio; su magia puede sumar. Siempre diré que el Ricardo Saprissa es un gol más. Pero me quedo con que cada vez se ve más difícil el penta.
Hoy, más que nunca, Saprissa necesita esto, incluso más que Alajuelense. Más allá de la tabla, que no es algo menor porque Saprissa está urgido, pues está fuera de zona de clasificación. Resulta que después de un clásico siempre hay daños colaterales. Los clásicos pueden servir para revivir un estado anímico, algo que necesita Saprissa; también puede ser que Alajuelense reciba un golpe frontal o, más bien, confirme y dé un golpe de gracia a un Saprissa dudoso.
—Los dos entrenadores que han tenido han jugado con 3 y 4 defensores. Giacone está tratando de ordenar de atrás hacia adelante, lo cual no es sencillo. El equipo ha tenido problemas defensivos; él está tratando de armar, y es clave y vital que aparezcan los de experiencia y rodeen a los demás.
En este momento, yo llamaría al equipo a recordar más allá del éxito que ya tuvieron, el cómo y el porqué salieron campeones en los dos últimos años. Siento que eso es fundamental.
Ahora, Saprissa tiene la capacidad de retomar y volver, porque tiene jugadores con ocho campeonatos ganados. Eso no se encuentra en ningún otro equipo y es lo que esperanza al saprissismo, por lo que es a lo que se apuesta.
Más allá de eso, si estás en una situación de ventaja o desventaja, hay que enfocarse en lo propio. Uno no puede abrir el espacio para la prensa o para las redes, así que hay que concentrarse en el rival. Hay un momento anímico que cortar en el caso del desfavorecido y uno por alargar en el favorecido.
Alajuelense viene más sólido, pero le falta constancia para cerrar los partidos. Pero es el líder y el que mejor juega.
—No es una regla de tres. Hay momentos en que Saprissa ha perdido campeonatos donde todos esperan que se levante a la hora buena, pero no pasa. Hay momentos que sí lo logran, pero esa es la esperanza del saprissismo porque ya ha pasado. No sé, creo que esta vez lo veo más complicado, pero todo depende del orgullo saprissista y de la sapiencia de cómo manejar lo adverso en el camerino.
No quiero sacar a Herediano de la contienda. Creo que el desgaste de los tres es parejo; han tenido lesionados, y esa recta final puede condicionar cuán dolorosas puedan ser algunas ausencias. Yo creo que si Saprissa logra ganar diría: “Aquí estoy”, “estoy levantando la mano como campeón”.
—Si Alajuelense gana, es más que un golpe de autoridad. Ganar en Tibás es prácticamente para ellos decir: “Hemos cambiado y ya no somos los mismos de antes; ahora vamos a disputar y competir seriamente por el campeonato”.
Ahora, si eso pasa, no sería un golpe letal, pero sí dejaría al Saprissa en coma.