La gestación de una perra requiere atención especial para garantizar la salud de la madre y los cachorros. La doctora Mary Carmen Freimann, del Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica (Colvet), compartió información clave sobre el proceso, desde la preñez hasta el cuidado posparto, en una entrevista con La Nación.
El embarazo de una perra dura entre 60 y 62 días, aunque puede variar según la raza. La doctora Freimann recomienda llevar un control previo a la monta con chequeos de salud y pruebas genéticas, para asegurar que tanto la madre como el padre estén libres de enfermedades hereditarias. Es importante tener al día las vacunas y realizar un test de anticuerpos vacunales para garantizar que los cachorros reciban buena protección inmunológica a través de la leche materna.
Aunque la detección temprana de la preñez puede ser difícil, se recomienda observar cambios en el tamaño del abdomen y el crecimiento mamario. Los síntomas más visibles suelen aparecer después de los 30 a 45 días, por lo que se aconseja realizar un ultrasonido para confirmar el embarazo.
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Para detectar que una perra está a punto de dar a luz, es fundamental controlar los días posteriores a la monta. Según Freimann, los rayos X después del día 56 son esenciales para calcular el tamaño y la cantidad de cachorros. A partir del día 58, es importante estar atentos, ya que la perra puede entrar en labor de parto en cualquier momento.
El proceso de parto varía según la cantidad de cachorros. El intervalo entre nacimientos puede ser de minutos a una hora. Si el tiempo entre cachorros supera la hora, es recomendable acudir al veterinario, ya que podría haber complicaciones que requieran intervención médica, como una cesárea de emergencia.
El tamaño de la camada depende de la raza. Las razas pequeñas pueden tener entre dos y cuatro cachorros, mientras que las razas grandes pueden dar a luz hasta 16 crías. Factores como la alimentación y la salud de la madre también influyen en el número de cachorros que llegarán a término.
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Es esencial proporcionar un ambiente tranquilo y limpio durante el parto. La doctora Freimann recomienda que una persona de confianza asista a la perra, ayudando a romper las membranas que envuelven a los cachorros y asegurándose de que los recién nacidos comiencen a respirar y amamantar correctamente.
El parto finaliza cuando nacen todos los cachorros esperados. Realizar rayos X antes del parto permite conocer con precisión la cantidad de crías y evitar que alguno quede retenido, lo que podría poner en peligro la salud de la madre.
Después del parto, se debe asegurar que el lugar donde están los cachorros sea ventilado pero cálido. Es importante pesar a los cachorros dos veces al día para monitorear su crecimiento. Si no aumentan de peso diariamente, o si pierden peso, es necesario acudir al veterinario. Además, se deben observar posibles problemas como diarrea o dificultad para mantener la temperatura corporal.
Freimann también sugiere que la perra no quede embarazada de nuevo antes de cumplir un año desde la última camada, para que se recupere adecuadamente.
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Finalmente, la doctora Freimann enfatiza la importancia de la crianza responsable. Tener cachorros implica una gran responsabilidad para asegurar su bienestar y evitar contribuir a la sobrepoblación de perros. Además, recomienda realizar las desparasitaciones correspondientes a partir del día 15 de vida de los cachorros, tanto para ellos como para la madre.
