Henry Cooper, hace 12 años, fue catalogado por los diarios La Nación y Al Día como un diamante en bruto del fútbol nacional. Con 10 goles en 19 partidos con Limón F.C., se situó en el panorama del balompié tico. Hoy, Cooper busca relanzar su carrera y regresar a la máxima división desde su casa, Limón, con el club Limón Black Star.
La última gran promesa del fútbol caribeño recibió el interés de Saprissa y Alajuelense en su momento; no obstante, una opción en el fútbol de México fue su piedra en el camino y la que él mismo confiesa que “complicó todo”.
Hace una década, Cooper tenía sobre la mesa tres opciones: Alajuelense, Saprissa y una oferta del Grupo Pachuca (México). Con la Liga estaba prácticamente todo arreglado, al punto que solo restaba firmar contratos y ponerse la rojinegra. La ‘S’ estaba atrasada en la negociación, pero no descartada. Sin embargo, el jugador prefirió la aventura internacional sin imaginar el traspié que esto significaría.
“La experiencia no fue muy bonita, ahí viene todo lo que no ha salido tan bien. Me enfrenté a muchas cosas, llegué a un equipo donde no mandaba la directiva, donde hacían la alineación los propios jugadores, no era amigo de nadie, nunca iba a jugar. Ahí vino la ahuevazón... y yo me descuidé demasiado físicamente”, recordó.
Cooper, en su peso ideal, debería rondar los 92 kilogramos; sin embargo, llegó a Costa Rica con más de 100 kilos. En 2013, el futbolista de 23 años no quería saber absolutamente nada del balompié.
La esposa del futbolista y su madre fueron claves para que retomara su deseo de volver, pero el sinsabor por la decisión de ir a territorio azteca siempre le atormenta.
“El problema fui yo, me desenfoqué un poco. Debí seguir la línea que siempre he seguido. La verdad es que me distraje. Siento que cuando me fui a México se me juntaron muchas emociones, y la decisión que tomé de ir a México en vez de a Alajuelense me afectó. Si yo me hubiera quedado en la Liga, tal vez la cosa hubiera sido diferente”, relató.
Aquella experiencia marcó tanto a Cooper que hoy la utiliza como ejemplo para que los jóvenes no cometan el mismo error.
Con aires de goleador: Henry Cooper
“Le diría a los jóvenes que no pierdan el norte, que no se enfoquen en cosas cercanas, que tengan objetivos a largo plazo. Uno quiere todo ya, pero hay que tener paciencia. En la decisión de irme a México, si yo hubiera tenido a alguien que me orientara, siento que probablemente hubiera elegido ir a la Liga”, profundizó.
Desde su regreso, ha estado en equipos de la Liga de Ascenso como Golfito, Jacó o Aserrí. También tuvo un paso por el Municipal de Pérez Zeledón, pero no pudo volver a consolidarse en la Primera División.
Ahora, el jugador ha vuelto a sus raíces, pero al equipo de Limón Black Star. En este club espera recuperar su mejor versión para regresar a la máxima categoría.
“En cualquier momento aparecerá el Henry Cooper que todos conocieron. Me siento muy motivado; ahora estoy con la familia acá en Limón, y eso me tiene muy motivado. En Limón tengo dos hijas: una de 5 años y otra de 13 años. Esas son mis motivaciones, junto con mi esposa y mi mamá”, declaró.
Cooper firmó con goles la gran revelación del torneo
El artillero confesó que no afrontó problemas de mal comportamiento o indisciplina.
“Lo mío fue otra cosa. Con mi salario invitaba a todos a comer, a mi abuela, a mi mamá. Siempre fui muy familiar. Trabajé en una bananera y en construcción, como a los 19 años, pero luego logré entrar al fútbol”, comunicó.
El talento de Pacuare de Limón no tuvo problema en buscar contacto con Cristian Williams, presidente de Limón Black Star.
“Tuve que buscar al presidente, hablar con él. Tenía mucho tiempo de jugar fuera de Limón, pero ahora que veía la Liga de Ascenso noté que el club creaba muchas ocasiones, entonces sentía que podía integrarme bien en esta plantilla”, dijo.
De hecho, Henry ya marcó con su nueva institución; anotó el gol con que los caribeños empataron 1 a 1 contra Cariari.