José Andrés Bolaños Rosales es el primero en su familia en ir a la universidad. A sus 22 años, este estudiante de Ingeniería en Producción Industrial forma parte del 69% de alumnos de las cinco universidades públicas considerados “primera generación”, es decir, hijos de padres que no cuentan con educación universitaria.
La información se desprende del análisis “Principales resultados del estudio de caracterización de la población estudiantil 2022″, del Consejo Nacional de Rectores (Conare), una encuesta a la cual respondieron 15.074 alumnos de las universidades públicas.
Este 69% que son pioneros en sus familias al ingresar a la universidad lo conforman 10.401 de esos 15.074 estudiantes que respondieron la encuesta en la Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad Nacional (UNA), Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec), Universidad Estatal a Distancia (Uned) y Universidad Técnica Nacional (UTN).
El 69% es un dato promedio. El porcentaje varía según la casa de estudios. La UNED es donde más estudiantes son la primera generación de sus familias: 83%. Le sigue la UTN, con 80%. Luego están la UNA con 70%, la UCR con 59% y el Tec con 53%.
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“Mi mamá me ha sacado adelante y me ha dado todo el apoyo. Es emprendedora y no accedió a la universidad. Tengo contacto con mi papá y ni él ni mis hermanos de su parte han ingresado a la educación superior”, contó Bolaños. Sus primos mayores no concluyeron el colegio, por lo que procura incentivar a sus parientes menores para que estudien.
José Andrés Bolaños, originario de Alajuela, estudia en el Tec gracias a becas con las que cubre la matrícula y las materias; además, brinda asistencia en la oficina de Comunicación y Mercadeo. Con lo que gana puede pagar el lugar en el que vive en Cartago.
Para Olman Madrigal, jefe de la División de Planificación Interuniversitaria de Conare, estas más de 10.000 personas de primera generación que respondieron a la encuesta están dando un salto diferenciado con respecto a sus padres.
“Son datos muy interesantes que arrojan que las universidades estatales se convierten en promotores de esa movilidad social, de esa posibilidad de que los hijos de padres que no han tenido estudios universitarios vean la forma de seguir estudiando. (...) Tenemos sistemas de becas fuertes y robustos que les permiten a esas personas lograr un estudio universitario, estar dentro del sistema y poder continuar dentro de él”, dijo Madrigal.
En promedio,en las cinco universidades, un 53% de los alumnos encuestados dicen estudiar con algún tipo de beca.
Los datos para elaborar el perfil se tomaron en el 2022, se procesaron en el 2023 y se publicaron este año. “La información no pierde vigencia”, aseguró Madrigal.
Como explicó la economista Marcela Román Forastelli, investigadora social del programa Estado de la Nación (PEN), el ingreso de estos estudiantes a la educación superior es un indicador importante de que el sistema educativo mantiene “una gran posibilidad de movilidad social ascendente”.
“Sabemos que las personas que logran obtener educación superior tienen como un seguro contra el desempleo. Te habilita con mejores herramientas y oportunidades para encontrar trabajo y estar protegido contra la pobreza y el desempleo. Cuando al menos una persona de la familia logra acceder a la educación superior, entonces se tiene la esperanza de que cuando se gradúe podrá tirar para arriba el nivel de vida de toda la familia”, indicó Román, quien también es profesora de Economía en la UCR.
Para el estudiante José Andrés Bolaños ser el primero de su familia en llegar a la universidad es una motivación; considera que con la educación superior su vida y la de su mamá mejorará.
“Quiero viajar, ir a festivales de música y sobre todo, devolverle a mi mamá todo lo que ha hecho por mí. Ella vive con mi abuela, entonces me gustaría darle su propio lugar”, expresó el futuro ingeniero. Su madre, Laura Bolaños, llegó hasta décimo año de secundaria, meses después nació su único hijo, a quien siempre ha impulsado a estudiar.
En julio del 2023, el Ministerio de Educación Pública (MEP) informó de que en Costa Rica 2 millones de personas mayores de 18 años no han concluido la secundaria.
A este dato se le suman los números brindados en un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el que se dio a conocer que cerca del 50% de los costarricenses de entre 25 y 34 años no ha logrado completar la secundaria y abrirse las puertas para la educación superior.
El acceso a la educación superior sí hace la diferencia en la vida y en el futuro de las primeras generaciones de estudiantes. Marcela Román recordó que hay un indicador que utilizan con frecuencia en los informes del Estado de la Educación: el clima educativo.
Al ir mejorando este indicador, señaló, se garantiza que en el futuro haya estudiantes con mejores oportunidades para tener éxito en la educación.
“Lo que uno sabe es que el indicador de clima es importante. (...) Cuando estas personas que (a diferencia de sus padres) sí lograron acceder a la educación superior conformen sus propios hogares, esos tendrán mayor clima educativo, entonces los hijos de estas personas van a tener mayores probabilidades de éxito en el sistema. Es intergeneracional”, afirmó.
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Eso sí, la investigadora es categórica en advertir que “mejorar el clima” no es una garantía total y recordó la crisis en el sistema educativo a nivel de primaria y secundaria. Como es sabido, los nuevos ingresos están llegando a las universidades con importantes rezagos de aprendizaje, recordó, citando el IX Informe del Estado de la Educación.
El estudio de Conare presentó más datos de las 15.074 personas encuestadas en el 2022, y que además de la información de primera generación, comparte números que permiten conocer el perfil de los estudiantes de las universidades estatales.
En una entrevista anterior con Rosa Monge, presidenta de la Unidad de Rectores de las Universidades Privadas de Costa Rica (Unire), comentó que en agosto se darán a conocer mayores datos relacionados con el perfil de los estudiantes que asisten a esos centros de enseñanza. Actualmente, desarrollan un estudio con Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa). De momento, se conoce que alrededor de un 70% de los estudiantes de estos recintos educativos provienen de colegios públicos.