Washington. Joe Biden, que se juega su supervivencia política en cada aparición pública, enfrentará este jueves una prueba de fuego para su candidatura presidencial cuando de una rueda de prensa, un ejercicio al que el mandatario estadounidense no es muy aficionado.
Y será “una conferencia de prensa de niños grandes”, promete la Casa Blanca, sin más detalles sobre cuánto durará o cómo se desarrollará.
Esta curiosa expresión pretende distinguir el encuentro de las breves y bien organizadas sesiones de preguntas y respuestas a las que suele entregarse el presidente estadounidense en compañía de los líderes extranjeros que recibe. En ellas, un total de cuatro periodistas, designados de antemano, formulan cuestionamientos.
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A las 5:30 p. m. locales, en el centro de conferencias que acoge esta semana una cumbre de la OTAN en Washington, Biden tendrá que ser rápido de reflejos, expresarse con claridad, con voz segura, sin notas ni teleprompter.
En resumen, todo lo que se le dificultó el 27 de junio durante el debate con su rival republicano Donald Trump, al que enfrentará en las elecciones presidenciales de noviembre.
Desde aquel desastroso duelo televisado, el demócrata de 81 años fue incapaz de aplacar las dudas que asolan a su partido.
El miércoles, Peter Welch, de Vermont, se convirtió en el primer senador demócrata en pedirle directamente que “se retire de la carrera” por la Casa Blanca “por el bien del país”.
Varios representantes electos de la Cámara de Representantes fueron en la misma línea. A ellos se unió el miércoles el actor George Clooney, ferviente demócrata y poderoso recaudador de fondos.
Grandes nombres del partido, como la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, instan al presidente estadounidense a “tomar una decisión”. La insinuación es que la que ya tomó, es decir, seguir en la carrera, no es necesariamente la correcta.
Los senadores demócratas programaron un almuerzo el jueves con tres de los asesores más cercanos de Biden.
Según la investigadora Martha Joynt Kumar, citada por Axios, Biden dio 36 ruedas de prensa desde que es presidente. De sus seis predecesores, sólo el republicano Ronald Reagan había hecho menos.
“Amigos, son casi las 6:00 p. m. Con el debido respeto, los veré en la próxima conferencia (de prensa). ¿De acuerdo?”. Así concluyó Biden un maratoniano intercambio de dos horas con periodistas en enero de 2023.
Pero no hubo “próxima” rueda de prensa, o al menos ninguna de esa duración.
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En setiembre de 2023, por ejemplo, dio una durante un viaje a Vietnam, que terminó diciéndole a la prensa que se “iba a la cama”.
Trump, por su parte, aunque ataca violentamente a los medios de comunicación, no pudo resistirse a un micrófono o una cámara cuando era presidente, pasando a menudo más de una hora con los periodistas.
Las ruedas de prensa de Biden suelen tener lugar en dos contextos específicos: viajes al extranjero o visitas de dirigentes extranjeros.
Por lo demás, se contenta con responder, ocasional y brevemente, a una o dos preguntas al vuelo de un pequeño grupo de reporteros reunidos para uno de sus discursos o que viajan con él.
Esta prueba crucial del jueves llega después de varios días muy ajetreados para el octogenario presidente, que está desesperado por demostrar su vitalidad.
En el espacio de una semana, por ejemplo, hizo campaña en dos estados clave, Wisconsin y Pensilvania, concedió una entrevista a la cadena ABC y participó en las reuniones de la cumbre de la OTAN, ofreciendo una cena el miércoles por la noche a los líderes de los países miembros de la alianza militar.