Tía Florita, la chef Sophia y otros cocineros costarricenses se unieron para un propósito mayor que el de deleitar el paladar o quitar un antojo. Estas guías culinarias forman parte del recetario Tradiciones compartidas, del cual se destinó el 100% de lo recaudado para donarlo al Banco de Alimentos de Costa Rica.
Este proyecto de la empresa Florida Ice and Farm Company (FIFCO) permitió que la organización sin fines de lucro alimentará a un total de 2.900 personas en condición de riesgo social. Los alimentos se distribuyeron a través de 19 organizaciones no gubernamentales de las siete provincias del país, que atienden a población vulnerabilizada.
En detalle, estas ONG se encuentran operando en los cantones de San José, Aserrí, Acosta, Pérez Zeledón, San Rafael de Heredia, San Carlos, Turrialba, Garabito, Quepos, Siquirres, Matina, Cañas y Nicoya.
Además, algunos representantes de estas organizaciones recibieron un taller de cocina. En este caso, la actividad estuvo a cargo de la cocinera Sara Villavicencio, de la Asociación Nacional de Chefs, quien guió la preparación de un pastel de plátano maduro con frijoles, receta de Tía Florita. Un grupo de pacientes en recuperación y preparación para cirugías de trasplante de órganos de la Casa Camila, de la Fundación Giamala, disfrutó de los platillos preparados durante el evento.
Además, la nutricionista Valery Vargas, asesora en Nutrición y Consumo Inteligente de FIFCO, compartió recomendaciones para enriquecer la atención alimenticia a las personas beneficiarias de las ONG.
Próximamente se impartirá un segundo taller en la sede de Cañas del Banco de Alimentos de Costa Rica, para las organizaciones de la zona Norte y Guanacaste que participaron en el proyecto.