Jerusalén. Israel envió a Catar una delegación encabezada por el jefe de sus servicios de inteligencia, el Mossad, para iniciar nuevas negociaciones indirectas con Hamás sobre un alto el fuego en Gaza. Además, este viernes continuaron los bombardeos sobre el territorio palestino.
David Bernea, jefe del Mossad, se reunirá con el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, según una fuente cercana a las negociaciones, aunque no se precisó la fecha del encuentro.
El viaje de Bernea fue anunciado el jueves, un día después de que Hamás, en el poder en Gaza, transmitiera nuevas “ideas” a los mediadores para poner fin a la guerra desencadenada por la incursión de milicianos islamistas en el sur de Israel el 7 de octubre.
Las negociaciones, mediadas por Catar, Estados Unidos y Egipto, enfrentaron hasta ahora las demandas irreconciliables de ambos bandos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostiene que la guerra continuará hasta “la destrucción de Hamás y la liberación de todos los rehenes” capturados por los milicianos islamistas. Mientras tanto, Hamás exige un alto el fuego permanente y la completa retirada de las tropas israelíes del territorio palestino.
Estados Unidos considera que Israel y Hamás tienen una “oportunidad significativa” de llegar a un acuerdo, según un alto funcionario estadounidense que pidió permanecer en el anonimato el jueves.
“Esto no implica que el pacto se cierre en los próximos días”, añadió el funcionario, “porque queda mucho trabajo por hacer en ciertas fases de implementación”.
El gobierno israelí también enfrenta presión interna, y el jueves miles de personas se manifestaron en Jerusalén exigiendo el retorno de los rehenes.
Según testigos, el viernes se registraron disparos de artillería y bombardeos israelíes en Jan Yunis y Rafah, en el sur de la Franja, así como la incursión de vehículos militares. Según la Media Luna Roja palestina, un hombre murió en un bombardeo con misiles en Bani Suhaila, al este de Jan Yunis.
La guerra en Gaza elevó la tensión en la frontera norte de Israel y avivó los temores de una posible conflagración regional, con enfrentamientos casi diarios de artillería entre el ejército israelí y Hezbolá.
El poderoso movimiento islamista libanés, aliado de Irán y asociado con Hamás, lanzó el jueves una andanada de 200 cohetes y drones explosivos hacia el norte de Israel, haciendo sonar las sirenas antiaéreas incluso en los Altos del Golán, un territorio sirio anexado por Israel. En respuesta, el ejército israelí reportó bombardeos a instalaciones “militares” en el sur de Líbano.
“En esta intensa campaña contra Líbano, hemos establecido un principio: quien nos ataca está condenado”, afirmó Netanyahu durante una visita al cuartel general de la Fuerza Aérea en Tel Aviv.
Según informó un dirigente del movimiento islamista palestino este viernes, una delegación de Hamás se reunió con el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, para evaluar la situación en el terreno y discutir las próximas negociaciones.
La guerra también resultó en un recrudecimiento de la violencia en Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967. La Autoridad Palestina reportó el viernes la muerte de cinco palestinos durante una incursión israelí en Yenín.
El conflicto se desencadenó tras el ataque del 7 de octubre en el sur de Israel, donde comandos islamistas causaron la muerte de 1,195 personas, mayoritariamente civiles, y secuestraron a 251, según un recuento de esta agencia basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que actualmente hay 116 personas en cautiverio en Gaza, de las cuales 42 habrían fallecido.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás en Gaza, resultó en 38,011 muertes, en su mayoría civiles.
Desde el lunes, decenas de miles de palestinos evacuaron áreas del este de Rafah y Jan Yunis, después de que el ejército israelí ordenara la evacuación de la zona.
“Nos fuimos pero no sabemos a dónde ir. Es muy duro, hace mucho calor y tenemos niños con nosotros”, declaró Um Malek Al Najjar, una mujer que abandonó el este de Jan Yunis, una ciudad en ruinas después de varios meses de combate.
Desde el inicio del conflicto, la ONU informa que al menos el 90% de los habitantes de Gaza fueron desplazados al menos una vez, afectando a 1.9 millones de personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el viernes sobre las consecuencias catastróficas para el sistema de salud en Gaza debido a la falta de combustible, resultado del bloqueo impuesto por Israel.