Sin la gambeta que levanta aficionados y desparrama rivales; sin las vertiginosas incursiones con la pelota pegada al botín izquierdo; sin los conejos que suele sacar Lio Messi de su sombrero de mago, Argentina supo superar el duelo de cuartos de final frente a Ecuador.
Ganó en penales, sin la supremacía esperada de la campeona del mundo, en ventaja 1 a 0 desde el minuto 35, pero sin el poderío para liquidar un juego que siempre lo tuvo bajo amenazas. Estas se hicieron realidad en un trepidante cierre, con empate de Ecuador en el minuto 91, que envió el juego a la tanda de penales.
Ahí, desde los once metros, Messi confirmó que no era su día, errando el primer cobro al estilo Panenka. En su lugar, Argentina encontró de nuevo en el Dibu Martínez al héroe que parecía faltarle.
Figura en los penales del pasado Mundial, el guardameta se llevó dos penales para darle el boleto a Argentina en el día que Messi fue mortal.
