Con el ambiente más adverso posible y en plena crisis anímica, por sus malos resultados en la Premier League, la fe inquebrantable de
Ange Postecoglou, el técnico australiano del Tottenham, tuvo, al fin, un gran premio. La notable actuación de los ‘Spurs’ en la vibrante noche del miércoles, en el norte de Londres, les valió para ganar en las semifinales de la EFL Cup al Liverpool (1-0) y volver a demostrar su carácter cambiante e imprevisible, seña de identidad de un club que lleva años luchando contra sí mismo y contra esa irregularidad que le impide aspirar a los títulos.
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