No hay mejor escenario para gritar que un partido en
Anfield, y más si se trata del efervescente duelo de máxima rivalidad entre los dos grandes clubs del noroeste de
Inglaterra, los más laureados y los que más se odian. Esta vez, sin embargo, durante la helada y desapacible tarde del domingo, tras una feroz nevada en toda la zona norte, el ‘clásico’ inglés entre Liverpool y Manchester United tuvo un extraño clima de unión y solidaridad entre las dos aficiones, que desafiaron el frío para protestar al unísono y conjuntamente, en los alrededores del estadio de
Merseyside, por el alto precio de las entradas que los clubs imponen en la Premier.
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