Hasta tres penaltis, todos ellos materializados en gol, se vieron este domingo en un
Craven Cottage que vio como el
Fulham y el
Ipswich coprotagonizaban un empate (2-2) que no acabó de ser bueno para nadie. Podría haberlo sido para los visitantes, pero el hecho de que llegaron al tiempo añadido ganando 1-2 no permitió que se marchasen a casa con buen sabor de boca. Y tampoco lo fue para los locales, que si quieren luchar por los puestos europeos no pueden dejarse puntos en este tipo de partidos.
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