En 1973, en Yamaha tuvieron la poco cuerda pero feliz ocurrencia de fabricar unas motos de calle con un motor bicilíndrico de 2T refrigerado por aire, en cilindradas de 250 y 350 c.c. –en 1977 llegó hasta los 400 c.c., con la RD 400– en un momento de crisis del petróleo a escala global y cuando en EE.UU. empezaron a restringir los motores de 2T.
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