Pocos casos hay en el mundo del fútbol -si es que hay alguno- como el de
Zinedine Zidane. Un entrenador que, en sus primeros años de oficio en el banquillo tras ser una leyenda en el campo, gana tres
Champions seguidas, se marcha, vuelve al equipo en el que empezó, vuelve a ganar (Una liga y una Supercopa de España) y se vuelve a marchar para, de momento, no regresar.
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